viernes, 24 de julio de 2009

AÑORANZA POR NORMA SALINAS



Yo contaba pocos años
Niña en albores de sueño,
Se teñía la inocencia
Con algún robado beso.

Las sendas de aquel paisaje
Recorridas a la siesta
Con el calor en la cara,
Con alegría de fiesta,
Con ese candor sencillo
Que la vida luego resta.

Vuelvo a la dicha lograda
En ese rincón de cielo
Donde florecía la gracia
De mi adolescencia en vuelo,
Donde quedaron recuerdos,
Donde me fui descubriendo.

Todavía me queda nuevo
El gusto a la fruta fresca
Que arrancando de los árboles
Se me antojaban estrellas,
Con un aroma tan dulce
Con una ilusión tan tierna.

Repasando la memoria
Con alguna brisa llegan
Esos ecos que quedaron
Dormidos duendes y siestas
Entre los pinos y sombras
Por donde dejé mis huellas.

Tanta nostalgia y vivencia
En letargo muda y quieta,
Cada tanto bostezando
Algún rumor las despierta
Y desborda la alegría
Para ser de nuevo fiesta.

Espacio de risa y canto
De juegos, de sol y de agua,
De amaneceres sin prisa
De anocheceres en calma
Donde la noche era luna,
Estrellas, sueños y almohada.


La vida fue dando brincos,
Saltando por mil quebradas
Dejando atrás tantos sueños
Tejidos en la esperanza,
Unos, verdades tan dulces
Y otros, verdad tan amarga.

Y aunque haya pasado el tiempo
Siguen viviendo por dentro
Se refrescan, toman aire
Y vuelven a seguir durmiendo.
Así transcurre la vida
Y la añoranza del regreso.

Norma Salinas.

Poema sin título de ELENA ARNÉ



El impulso de volcar en el papel
La incontenible catarata de la mente,
La piel, el corazón y el inconsciente
Y el recuerdo que dejó el momento aquel;
Permite que otro mortal con ansia extrema
Reciba el regalo de luz de su poema.

UN HIJO por CLAUDIA ACCOTTO



UN HIJO…

Es el regalo más hermoso,
más grande y valioso
que podemos recibir de la vida.

El milagro más maravilloso
es el amor de la pareja
tomando consistencia real
convirtiéndose en esa personita
que llega a nuestras vidas.

Es quien nos brinda el título de “Padres”,
un título para toda la vida.
Una profesión que no se aprende
en ningún lado,
vamos aprendiendo a medida
que esa pequeña criaturita va creciendo.

Un hijo es quien llena nuestros días
de luz, de alegrías, de amor.
También de incertidumbre, de dudas, de temores…
Pero es quien le dará un sentido al futuro.

En resumen, un hijo es
desde que nace,
la razón de nuestras vidas
pues ya no concebimos la vida
sin su presencia

Un Hijo es
el Milagro de Dios
más concreto y tangible
que cargamos en nuestros brazos.

sábado, 18 de julio de 2009

EL DESDÉN DE LA MUSA por DANIEL E. GRECO


Detrás de los muebles empañados
una araña fatal le roe los poemas
debe recogerlos, de rodillas, por la mañana,
apolillados y mustios,
con cierto aroma de inexistencia.

Daniel E. Greco

¿Y AHORA QUÉ HAGO? por VÍCTOR GARCÍA



Me apuntó con el revólver y me dijo:
-¡Flaco, dame todo!
Miré alrededor y no había nadie, encima, la luz de la calle estaba mal y alumbraba poco. Después me di cuenta, que ese, era el lugar perfecto para un asalto y yo, a las doce de la noche pasé por ahí, ¡solo!
Se me vinieron mil ideas a la cabeza:
Le doy un trompadón y lo duermo.
Le agarro el revolver, lo sacudo contra la pared y le meto un mata conejo en el cuello.
¡No, ya sé que hacer! Mejor le hablo y le digo que estoy sin trabajo y lo único que tengo es para comprarle un remedio a mi vieja.
A ver, mejor le aplico un poco de psicología, lo dejo hablar y que me cuente sus cosas, por qué se dedica a robar, si no tiene miedo a que las cosas le salgan mal y termine preso, con lo lindo que es andar libre.
Pensándolo bien, es medio bajito, flacucho, un poco narigón, tiene cara de no comer seguido, esa remera le queda regrande y ni que hablar del pantalón, para que no se le caiga lo tuvo que atar con una soguita.
¡Ma sí! le doy un empujón y listo, cuando se cae le pateo el revolver y chau, a otra cosa mariposa.
¿Y si le manoteo el arma y lo llevo caminando hasta la comisaría? Bueno, la idea no es mala… pero si en el forcejeo se le escapa un tiro y lo mato ¡no, mejor, no!
¡Ah! ¿Cómo no se me ocurrió antes? ¡Ya está! Meto la mano en el bolsillo derecho, donde tengo diez pesos, se los doy, y le digo que no tengo más y se va.
… ¡Puta, qué frío que hace! Las doce y pico y acá solo, desnudo, no pasa un taxi ni en pedo, ni el celular me dejó.
¿Y ahora, qué hago?

Víctor García



miércoles, 15 de julio de 2009

MAJESTUOSO VUELO por CRISTINA ZAMORA


Volé tan alto y libre como el Cóndor
contemplé las nubes nevadas
los nidos de esas aves en los riscos
cerros que allá en lo alto se quiebran.
Volcanes dormidos esperando su hora.
La inconmensurable belleza
de las altas montañas
llena de colores irisados
cuando el sol se ponía entre jirones de luz.

Vi las copas de los árboles abrirse
abrazando a la aurora
y deseaba ser luz para poder tocarlos
terminar de despejar la bruma de la noche
hacerme viento helado
y acunarlos con un canto
ellos se erguían altivos y majestuosos
les pertenecía el paisaje
como el aliento del tiempo.

Planeaba en las latitudes de aquella altura
rasando las rocas por el viento modeladas
descubrí el regocijado palpitar en sus cañones
observé el movimiento en caminos estrechos,
inmensas lagunas,
pueblos de brujos y chamanes
con ceremonias y rituales antiguos.

Los valles en abanicos de colores insertados
por fuegos de flores mecidos en el silencio,
con manantiales de aguas cristalinas
dispersadas en altas cascadas
de vertientes espejadas dibujando cielos.

Y volé, volé … volé … y volé…
un viento claro soplaba
y mi vuelo era sereno, era audaz,
era veloz, era valiente, era gallardo,
era orgulloso, era seguro y trastocado,
todo lo veía de pronto lejano
de pronto cercano.

Recorrí la cordillera
junto a una nube irracional,
de norte a sur de sur a norte,
crucé los puentes y las longitudes.


Los fantasmas de sus cuevas
salieron a saludarme
me dieron sus sortilegios
encontré ocultos tesoros arcanos,
con mirada ciclopea
oro, plata, sal, cobre,
esmeraldas, diamantes y rubíes
palpitando en sus entrañas.

La sabiduría milenaria enclaustrada
oculta en viejos arcones toscos
y estrolados por los vientos
que les clavaron sus colmillos
fuertemente en ellos.

El sol subía al cenit.
Cansado ya de volar
paré en uno de los picos
de esas cumbres.
Esperé el viento del sur
que llegaba suavecito
me dejé llevar por él
hasta el pie de esa montaña
y allí quedé a su planta eternizado
en un gran espíritu guardián
lleno de luz.

Cristina Zamora

CIUDAD 64 por HUGO SELETTI



CIUDAD SESENTA Y CUATRO

La ciudad estaba dividida como un tablero de ajedrez.- No había matices, sólo existía el blanco y negro.- Cada esquina estaba custodiada por una torre y a cada hora se escuchaban los cascos de los caballos blancos golpear sobre las piedras a paso seguro, sobre los limites de la ciudad Sesenta y Cuatro.-
Nunca se cruzaban con los caballos negros, quienes se encargaban del cuidado del centro de la ciudad.-
Muchos peones limpiaban cada manzana con una pulcritud que las hacía brillar.-
Sus casas eran cuadradas, sus techos alternaban entre el blanco y negro. Lo maravilloso, era ver como brotaba el humo negro de las casas blancas y el blanco de las negras, de esas chimeneas también blancas y negras.- Por ahí se veía a los alfiles discutir para abrir diagonales, pero eso sí, todos se movían con pasos seguros y tan pensados que nadie se animaba a revisarlos, la armonía era total; hasta que un día…algunos pretendieron colocar las manzanas blancas de un lado y las negras del lado opuesto.
Las torres ya no lograban ver a quien debían defender. Los caballos no tenían forma ni lugar para trotar. Los alfiles no podían abrir diagonales, y aquellos laboriosos peones empujaron las negras manzanas para un lado y las blancas para el otro hasta que la ciudad quedó separada por un pantano dónde el Rey y la Reina posaron su descanso.-

HUGO SELETTI

Gotas por ELENA ARNÉ


Gotas, de dolores fermentados
Sales, recorriendo el surco aquel
Roja, la canoa se ha quedado
Fuego, tan amargo como hiel.

ELENA ARNÉ

domingo, 12 de julio de 2009

Poema sin título de ALEJANDRA RIOS



Bajo los cráteres del primer diluvio
Los ciegos de prudente
Dejaron los pañales
Nos dieron cáscaras de fósforos para calentarnos
La cara elemental del espejo
que se llama ojo
Bajo la mirada indivisible de los infinitos colores

Y tambíen los hijos como los hijos
Que son los hermanos del perro igual que moíses
Abandonado en la calle llena de gente
Salvamos al perro, por amor
Dé que otra manera lo hubiéramos hecho
Y también al hijo ordenado en los racimos
Del rosario
Ante la estatua de cal.
Alejandra Rios

sábado, 11 de julio de 2009

NUEVA INFORMACIÓN DEL TALLER

Hasta nuevo aviso la biblioteca permanecerá cerrada.
El sábado 18 de julio a las 17hs. nos reuniremos a dar clases en el taller de Juliana Leiva, en Fisherton (sin tarea, pueden llevarse textos para leer). La reunión terminará aproximadamente a las 20hs.
La dirección es WILDE 1062 BIS entre Génova y José Ingenieros.
A continuación pego la explicación de Juli para llegar al lugar los que no somos de la zona: por JJ Paso, pasan la biblioteca un par de cuadras hasta ver el Super Gloria q está a mano derecha en una esquina; en la esquina siguiente tienen q doblar a la derecha (Esa es Wilde - una cuadra antes de los semáforos)...muchos confunden Sarratea con Wilde De ahí es en la 3º cuadra sin contar las cortaditas... Una casa de portones grises con dos farolitos ...está la numeración en la puerta
Los espero!
Juli

jueves, 9 de julio de 2009

TIEMPO DE SOLEDAD por SUSANA RADIA


Hubo un tiempo de soledad infinita, no sabía sí sería capaz de dormir sin un cuerpo tibio y próximo que diese forma a su sueño.
Pensaba sólo en la muerte, mientras flotaba en la cama tendida de espalda, imaginaba si alcanzaría su verdadera dimensión.
Todo sonaba hueco en su vida, fue una experiencia increíble, devastadora. Todavía no sabe si lo soñó, se quedó estática, tratando de ver algo de luz en esa maraña. Le daba la sensación de haber cavado un orificio hacia la realidad. Tuvo la impresión, que ese ser perdido volvió para consolarla, sentía el calor de su cuerpo y permanecía inmóvil, eran segundos maravillosos. No quería que se diluyeran, necesitaba creer que era real, para no sentirse sola, cuando más necesitaba de su compañía.
Sí hasta llegó a sentir el aliento de una manera fugaz, y se estremecía de placer. Pero fueron pocas veces, siempre que su soledad era inmensa,
Luego al pasar el tiempo se fue desdibujando, recién en ese momento comenzó a comprender que no volvería.
Pensó -como lo añoraba- era muy suyo. No quería compartirlo ni con sus pensamientos, odiaba despertar.
Comprendió que pasaría, solo necesitaba tiempo. Ese tiempo en el que aparecen perlas en nuestras voces que nos irradian en toda el alma, y nos llena de paz.
Tenía que seguir con residuos de ilusiones, y se capaz de encenderse con residuos de amor.

Susana Maria Radia

lunes, 6 de julio de 2009

DOS JOVENES POETAS- TAMARA Y MIGUELITO

En el evento realizado en el Distrito Noroeste, nos visitaron dos jóvenes poetas amigos de Ale, Tamara de 11 años y Miguelito de 9 años. Aquí exponemos sus textos, y los felicitamos. Adelante jóvenes poetas!
Una flor
tiene olor a perfume
parecido
al de una rama rosa.

Mariposa vuela alto
hasta la plaza.

Es linda y rosada
en el pasto
parada en una piedra
marrón y grande,
como una nube.

La nube se corre
y la mariposa se posa
en un árbol verde.

Miguelito



Nubes de algodón
como plumas de palomas
vuelan lejos hasta el sol
y descansan en un pino alto.
Tamara
A mí me gusta mucho el amarillo,
como el sol.
El amarillo más fuerte,
el de las ventanas
de las casas de luz.
Tamara

HEMOPOEMA de DANIEL E. GRECO


Mi sangre, la sangre pesada
Mi sangre, la sangre elogiada

Mi sangre –escribo en la almohada-
Es la sangre de la masticación pausada
Y que no asciende su rosado a los pómulos
Por su misma opacidad indoblegada
Es sangre oh sangre negruzca
Que emerge de venas tironeadas
Es sangre de sangre enredada
En cauce de terrón coagulada
La sangre que al verse caldeada
Asciende en humillo entintado
Manchando los muebles de casa
Sangre que golpea el papel
Y al desembozarse escapa
Sangre adensada en el sueño
Y en su imagen, metamorfoseada.

Daniel E. Greco

sábado, 4 de julio de 2009

1293 MANERAS DE CALIFICAR, DECIR Y ACCIONAR (poema) GRACIELA ZECCA


La distancia:

Acobarda, induce, sosiega,
planea, reduce, examina,
proyecta, mitiga, disimula.

Acopia, disminuye, aminora,
recapacita, comprende, intenta,
reflexiona, medita, junta.

Aprecia, blande, experimenta,
siente, concibe, rescata,
suspira, apaga, une.

Acorta, conduce, percibe,
alcanza , tolera, consigue,
alumbra, suplica, reúne.

Adora, logra, despeja,
ambiciona, quiere, encanta,
abriga, suspira, anima.

Apega, reanima, protege,
excita, suaviza, apoya,
escuda, aboga, cobija.

Anexa, templa, aspira,
socorre, ensancha, ansia,
suma, considera, augura.

Anhela, valora, estima,
alienta, presagia, indulta,
aprecia, adapta, ama.

Arrasa, destruye, prohíbe,
consume, reprende, extingue,
concluye, disipa, desgaja.

Aparta, oculta, separa,
despoja, suprime, abate,
desconsuela, hiere, roba.

Aflige, acongoja, arranca,
extirpa, desarraiga, extermina,
esparce, desgasta, descuaja.

Apena, resiente, percibe,
conmueve, oprime, persuade,
cansa, musita, repugna.

Apesadumbra, fastidia, encubre,
desecha, supone, juzga,
desvanece, restringe, hastía.

Aburre, disfraza, secciona,
embauca, rebaja, tapa,
enjuicia, ciñe, mutila.

Aleja, dictamina, sentencia,
condiciona, provoca, lastima,
coarta , manipula, condena.

Agota, utiliza, cercena,
entierra, deroga, recata,
esconde , resiente, amputa.

Apremia, redime, subleva,
desune, odia, arrasa,
duele, carcome, roe.

Acobarda, induce, sosiega,
planea, reduce, examina,
proyecta, mitiga, disimula.

Acopia, disminuye, aminora,
recapacita, comprende, intenta,
reflexiona, medita, junta.

Aprecia, blande, experimenta,
siente, concibe, rescata,
suspira, apaga, une.

Acorta, conduce, percibe,
alcanza , tolera, consigue,
alumbra, suplica, reúne.

Adora, logra, despeja,
ambiciona, quiere, encanta,
abriga, suspira, anima.

Apega, reanima, protege,
excita, suaviza, apoya,
escuda, aboga, cobija.

Anexa, templa, aspira,
socorre, ensancha, ansia,
suma, considera, augura.

Anhela, valora, estima,
alienta, presagia, indulta,
aprecia, adapta, ama.
GRACIELA ZECCA

viernes, 3 de julio de 2009

FURIA (poema) de MABEL DÍAZ


Furia

La tormenta no espera
desata su furia
el viento grita con odio
algo que nunca
debió escucharse.

Luego intentará la lluvia
con denodado esfuerzo
sacarle el barro
a los recuerdos.

Si pudiera pintar el sol
en la densidad de las tinieblas
para no sentir el agobio
de ésta triste existencia.

Que bañe con su tibieza
algún rincón olvidado
y poder investirme
con la vida de otro pasado.

Mabel Díaz

ELLA BAILABA SOLA por CECILIA MUÑOZ

Ella bailaba sola cuando perdía la cabeza. No era por eso que todos los hombres se enamoraban. Sobre todo Rogelio, pobre Rogelio. Un día ya no supo hacer otra cosa más que rascarse la espalda con un palillo de madera. Y ella bailaba en la madera, y los tacones componían una música violenta, audaz y vacía. Sus ojos negros equivalían a dos cristales rotos por la impaciencia de no saber qué hacer un domingo por la tarde, ni un lunes por la mañana. El médico no estuvo mucho tiempo aquella noche, sólo el necesario para ayudarla a irse. Rogelio se acordaba de la primera vez que la vió, en una esquina, con un tapado de paño negro, medias cancanes y botas. La bufanda colorida que dejaba asomar solamente la nariz y los ojos de aquella joven mujer daba varias vueltas alrededor del cuello contracturado por el frío otoñal. Con el cigarrillo apagado en una mano y con la otra en el bolsillo no le pidió fuego, como él esperaba. Ese cigarrillo nunca lo encendió. Durante días y noches Rogelio intentó inventar su sonrisa, y la imaginaba radiante como la de una adolescente. Con el tiempo conoció sus lágrimas, y sus pesares, dolorosos pasares de una vida confusa. Ahora sólo recuerda el sonido de aquel zapateo, que retumba en su memoria como el motor de un auto encendido desde hace años. Ella no se va de su cabeza, y Dolores nunca lo olvidaría, de no ser porque ya estaba muerta.
CECILIA MUÑOZ

miércoles, 1 de julio de 2009

ANTICIPANDONOS AL FESTIVAL DE LA POESÍA EN ROSARIO
















Anticipándonos a la semana del Festival de la Poesía en la ciudad de Rosario que será en el mes de setiembre, nos reunimos en el Distrito Noroeste (Junín y Pcias Unidas) el día sábado 27 de junio a las 16hs, para compartir un encuentro de lecturas con los Talleres literarios Municipales del Cine Lumiere y del citado distrito, coordinados por la profesora Marcela Prósperi.

DOLOR PROFUNDO (poema) ALBERTO AICARDI

DOLOR PROFUNDO

Me asomo al abismo del pasado
y temo caer en la nostalgia
cuando goloso bebía de tu boca
las mieles que vos me regalabas.

Recuerdo nuestro amor entre las sábanas
con entrega total en cuerpo y alma.
Tu cuerpo, fuego incandescente,
quemaba el mío en loco galopar.

Tu ternura invadía mis entrañas
conmoviéndome hasta temblar.
Un día partiste detrás de un espejismo.
Estrenaste piel nueva para una vida nueva.

Hoy vienes compungida
pidiendo que disculpe
tu alocada carrera hacia el pecado.

No puedo olvidar el daño que me hiciste.
Ríos de lágrimas surcaron mi rostro.
No puedo perdonarte.
No por tu traición
sino por el profundo dolor
que nunca pude aplacar.

Alberto Aicardi

domingo, 28 de junio de 2009

SILENCIO ESTRIDENTE (poema) de PATRICIA TORRES





Silencio estridente

No entiendo a los días cuando no quieren hablarme.
Se resisten, empecinados en su postura
dejándome a la espera de sus sonidos.
Les cuestiono la indiferencia ante mis palabras.
No obtengo respuestas.
Tampoco entiendo el color de la luna
cuando se refleja en el lago
aparentando un baño de plata inexistente.
Me sumerjo en las aguas claras y mansas.
la busco debajo de ellas,
la encuentro y le robo un pedazo.
Es blanca, fría, muy dulce,
tiene gusto a vainilla y olor a canela,
miro hacia arriba y veo en ella un agujero,
es la huella que le produjo mi robo.
La luna lo exhibe, avergonzada.
Nadie, antes la había descubierto.
Quiere sostener su farsa,
pero me convertí en su cómplice:
la verdad que oculta es que
habita en el lecho del lago y se refleja en el cielo.
Los días en castigo a mi hallazgo
se niegan a hablarme.
Entraré en el horizonte,
donde ellos nacen, junto al sol que se despereza.
Tal vez, si los atrapo en su somnolencia,
presten atención a mis palabras.
Jamás, revelaré el secreto de la luna,
ni el de los duendes de la lluvia
que pintan el cielo de siete colores cuando
el sol los desaloja.
Pero ellos deben hablarme,
no pueden seguir indiferentes a mi ruego.
No soy responsable de los descuidos de la luna
ni de la falta de atención
de los guardianes del arco iris.
Los días sin sus sonidos
son para mí el peor de los martirios.
Detalle que han tenido en cuenta
al planificar mi castigo.

Patricia Torres



EL ÁNGEL DE LA MUERTE de MARCELA PROTO

El ángel de la muerte
El tránsito se encontraba acelerado en aquellos días donde todos deseaban ser más rápidos que el Dios Cronos. No había tiempo para detenerse, nadie escuchaba a nadie. Muchos gritaban para ser entendidos, pero la prisa era lo único importante en medio de tareas cotidianas, el ser eficientes, era importante.
Llegó a la esquina, trató de detenerse pero ya no pudo, el ángel de la muerte lo vino a buscar. Lo tomó y apareció en un lugar con el Dios Cronos no existía. Reflexionó, si allí era necesario correr, la voz del ángel le respondió: ya llegaste donde el único tiempo es la eternidad.

Marcela Proto

miércoles, 24 de junio de 2009

EVASIÓN SIN AMARRAS (poema) DANIEL IFRÁN

Espero tu mensaje impaciente.
Sólo unos dígitos para hablarte.
Te imagino... en pollerita, escribiendo,
bronce tus piernas.
Cruzando la calle, pantalones ajustados.
Imagino... tomando un café en un ignoto bar,
mirando desde una ventana, al pasado,
este presente, mirándonos.
Quiero que me llames.
Camino cargado, sin peso aparente.
Hereje culposo.
Rodo, el caballero gallardo, ahora sin armaduras.
Rescátame de tediosas tardes inútiles, tardes responsables
Llámame... pacto sin tinta, horizontes o ataduras.
Inventemos otros amores.
Intuyo... que sabes volar.
Daniel Ifrán

sábado, 20 de junio de 2009

INVITACIÓN DE CLAUDIA


Nuestra compañera Claudia Accotto participará en el ciclo de lecturas Poetas del Tercer Mundo. Me pidió colocar en este espacio la invitación para todos ya que le gustaría compartir con nosotros este momento tan especial
Lunes 21/6. 21 Hs.
Tercer Mundo Rioja 1089

martes, 16 de junio de 2009

CRECIDO por NORMA SALINAS




Crecido río que viaja,
alforja de peregrino.
Espejo que a la deriva
lleva el cielo en su camino.

Tu voz, agua que es promesa
baña esperanzas curtidas
juncos y camalotales
susurran en las orillas.

Acompañando, los pájaros
besan las tardes dormidas,
meciéndose en el follaje
cuajando su trino en risa.

confiado silva el isleño
su serenata a la vida
dando gracias por el pan,
cosecha y pesca del día.

No anhela poder alguno,
sus metas son bien sencillas.
Que no nos falte el trabajo
Y la paz nos de alegría.



Norma Salinas

EL HOMBRE por NORMA SALINAS


El hombre madrugaba.
Ese día de abril, especialmente madrugaba.
Iba hasta la orilla y saltaba sobre la proa de la canoa dejando un abanico de agua que se extendía elevando miles de diminutas olas.
Bajaba los remos que dormían en cruz y los hundía en el río.
Las niñas ya estaban despiertas.
El hombre las llamaba con una señal de su mano y juntos bajaban hasta la embarcación.
Ellas subían sin hacer ruido y se acurrucaban en la planchada, mientras al avanzar río arriba comenzaban a formarse remolinos en el agua para dejar atrás una senda líquida.
El amanecer era fresco y los olores verdes.
Entonces el hombre comenzaba su relato.
Era el mismo repetido todos los años para la misma fecha y no por ello dejaba de ser interesante.
El hombre comenzaba con un largo silencio, para crear un clima de expectativa y respeto.
Y entonces fijando la mirada en el horizonte de sol brillante, hablaba en un tono suave.
El hombre era algo así como un anciano prematuro, con pocos años y mucha experiencia recogida.
El relato hablaba de la creación y de la Pascua; una versión de la Biblia, con ciertos argumentos que se habían ido sumando con el transcurso del tiempo y las distintas interpretaciones familiares.
Las niñas por momentos contenían la respiración para no incurrir en una falta. Era demasiado sublime aquel día.
“Dios, había sido traicionado y muerto por su acérrimo enemigo. Entonces había que mantenerse en respetuoso silencio, no había que escuchar música ni bailar, ni comer demasiado, ni gritar, ni decir malas palabras, ni enojarse. Además era de rigor matar alguna alimaña, ellas simbolizaban al mal”.
El aire cobraba una magia que contenía al universo todo, la creación estaba manifiesta y ellas la reconocían en aquellas palabras.
Así transcurría gran parte de la mañana, con una fascinación que dormitaría en espera.
En el transcurso del viaje se adentraban en arroyos delgados, con sauces que bañaban su copa en las amorronadas aguas y allí se detenían para pescar algo, que sería luego el alimento, único y austero del día, así debía ser.
Al regresar la historia había dado un sesgo. Dios mañana resucitaría, el mal sería vencido un a vez más y con el lavado de cara y manos a las diez de la mañana la vida nuevamente sería un estreno.
El hombre satisfecho con la enseñanza impartida volvía remando sereno.
Ellas calladas, se sumían en reflexiones.
Al llegar, él acercaba la canoa al muelle y ayudaba a bajar a las niñas, para luego comenzar con sus tareas mínimas. Hoy solo se medita; decía.
Y todos los años, el mismo día, a la misma hora del amanece volvería a enseñar, a sembrar, acariciando con las palabras que habrían de sellarse en ellas para siempre como el Viernes Santo.
Entonces ellas lo miraban desde la orilla como se perdía a lo lejos entre el reflejo caprichoso del sol y el espejo dorado que se fundía sobre la canoa, y con la mano alzada saludaban.
A aquel hombre… su padre.

Norma Salinas

lunes, 15 de junio de 2009

SIN ESPERANZAS (poema) de MARTA H. DÍAZ



Para escapar del abismo
tuve que pasar valles, montañas.
Y encontré un bello paisaje
multicolor de flores, todo distinto
a la realidad que yo imaginaba.
Sorprendida lentamente pensé cuál
es la verdad de mi vida. Silenciosamente
pensaba sin pensar, quería divisar
el más allá pero si no podía descifrar
el presente, aún menos el futuro, sólo
mi conciencia no me traicionaba
estaba firme sobre la tierra y eso me
hacía más fuerte y valiente.
Lentamente seleccioné cosa por cosa y la
más segura, bella, satisfactoria era estudiar
literatura y entender que todo cambia en la
vida, aún tu personalidad, todo está en ti
misma, valórate y valora lo bello que la vida
te regala minuto a minuto, no quieras
sobrepasar el tiempo de la inteligencia de la
mujer es ser uno mismo y recuperarás
los mejores espacios, personas y ganarás
una batalla, una guerra y millones de corazones
sinceros. Inténtalo, no te des por vencido
que cada camino que recorras florecerá
un sentimiento, una sonrisa y lejos de ti
quedará el mar de lágrimas
derramadas por no comprender que la
vida es hermosa, vívela, sé feliz.

MARTA H. DÍAZ

CONSTELACIONES DE ESTRELLAS (poema) de MARTA H. DÍAZ

Hay amigos que partieron
hay amigos que emigraron
hay amigos que la vida
se ha encargado de llevar.
Hay amigos que actualmente
engalanan nuestras vidas
iluminan el sendero
que debemos transitar.
Una vida sin amigos
es un inmenso vacío
es una noche sin lucero
es un día sin amor.
El amigo del pasado
del presente o del futuro
ilumina nuestras vidas
como un faro en alta mar.
Los amigos son constelaciones
de estrellas que el señor
nos regala en la vida terrenal.
Valora a tus amigos
como el tesoro
más valioso de tu alma
sonríe que ellos te brindan
su cariño y amistad.
MARTA H. DÍAZ

domingo, 14 de junio de 2009

VISITA A LA ESCUELA ESPECIAL Nro.2050- Teresa de Calcuta-

































El jueves 11 de junio fuimos invitados por los directivos de la Escuela Especial Nro.2050 Teresa de Calcuta (Pcias Unidas y Fraga) a participar de una lectura para el Taller del Cuento.
Arribamos a las 14hs. Eran de la partida: Marta Lastra, Alejandra Rios, Cecilia Jacobo, Mabel Díaz, Marcela Proto, Patricia Torres, nuestro Profesor y coordinador del Taller: Fabricio Simeoni y quien esta narrando este evento.
Luego de algunas palabras dedicadas a explicar como funciona nuestro taller por parte de Fabri, se dialogo con las maestras y sus alumnos, contándonos como llevan a cabo la tarea en el taller del cuento que funciona en dicha escuela.
Compartimos con ellos una serie de cuentos preparados para la ocasion, leidos por Marcela, Marta, y Patricia, quien a su vez introdujo un personaje anónimo (un perro de peluche) que además de ser el protagonista del cuento, se quedó con ellos para ser la mascota del taller, teniendo los chicos a su cargo la elección del nombre.
Uno de los niños nos narró un cuento y regalaron al taller una carpeta conteniendo dibujos que habian trabajado desde el aréa de plástica, ilustrando el mismo.
Además Fabri recibio como obsequio personal un afiche que fué confeccionado por los chicos con trozos de recortes de cuentos.
Terminada la lectura, compartimos con todos ellos una rica merienda.
Queremos destacar la amabilidad, cortesía y buena predisposicion de todo el personal del colegio, asi como del cariño que nos brindaron los niños en todo momento.
Una vez más como en otras ocasiones en que el taller participo de lecturas en los colegios, valoramos el trabajo que hacen las maestras para introducir a los niños al mágico mundo literario.
Felicitaciones a la Sra. Directora y a todo el personal.

miércoles, 10 de junio de 2009

EQUIPAJE (poema) de CRISTINA ZAMORA



EQUIPAJE

Tomo mis cosas y salgo a caminar.
La noche se abre como un abrigo,
hago coronas del humo de mi cigarro
dejo crecer la noche en la ciudad
que duerme.

El viento vacía sus brisas en mí.
Creo que mi equipaje es de ceibo y jazmín,
pienso en tus ojos azules como el alba
sigo tus huellas tenues en las veredas mojadas
regadas por el rocío.

Voy buscando en mi memoria
tus manos y tu boca, que me acunan,
me queman y me cantan.

Cristina Zamora.

martes, 9 de junio de 2009

Artículo trasnochado, escrito sin ningún rigor científico, sin criterio y sin vergüenza- de DANIEL E. GRECO

(fragmentos del “Selecciones” del River Deepest)

Fétidos olores
A Hugo Seletti

Con mi esposa, viajamos apresuradamente a Singapur con nuestras vestimentas que nos señalaban inconfundiblemente como turistas. Yo, con un ridículo sombrero de explorador de corcho, mi mujer, con una colorida capelina tejida de hilos de nylon.
Nos dirigimos a la orilla de un maloliente río y vimos a una pareja autóctona de edad indefinida, entre 25 y 74 años, pescando con red unos indeterminables especimenes. Antes de lanzar la red, vimos que la rociaban con un frasco aerosol que, con cada emisión, impregnaba el cálido aire matinal de un olor “flechero y azufrado a orine gatuno” mezclado con aguas servidas. Al inquirirle a la mujer por el producto, primero me miró sin comprender y después, entornando aún más de ser posible sus ya rasgados ojos, exclamó lacónica, imcomprensiblemnte:
- ¡Extlacto de ballena del olto!

Zamba de “ooptitejuoo”

Volviomos al hotel y, pretextando unos desarreglos estomacales, mi esposa se encerró bajo siete llaves en la habitación para no volver a emerger hasta la hora del crepúsculo. Yo me repatingué en un cómodo sillón del “lobby” del hotel a ojear unos ejemplares de “magazines” en varios idiomas desparramados sobre una mesita ratona, mientras me iba adormeciendo. Leí apresuradamente, a quemarropa, a bocajarro, un nombre en el título de uno de ellos. Me estaba quedando dormido. Pensé: “Es ella. ¡Claro! Por eso le imprimió a sus apariciones en algunas redes sociales de internet un paréntesis. Se está dedicando al folcklore. Luego leí mejor: “Melania Pérez”. Comencé a roncar.

Reciclaje desde la edad de piedra

Casi me despertó unas reyerta entre una señora y el conserje sobre una abultada boleta de gastos de hotel subrayada con un exorbitante ítem de “servicio a la habitación”. Con los ojos casi inintecionalmente abiertos fijé la vista sobre la ilustración de un artículo que mostraba unos leños (logs) rodando hacia un incierto derrotero y pensé, ya en la duermevela, “¡por fín un artículo de divulgación científica que explique el inusual principio de aceleración del Troncomóvil! Pero no; era un artículo sobre la fabricación del papel. Permanecí así dormido, con la revista puesta de sombrero, roncando con la boca abierta y una mano apoyada en la entrepierna hasta que se dignó despertarme un mozo del hotel, “cetrino, flexible y jacarandoso” para sugerirme que hiciera bajar a mi esposa para compartir la merienda.