jueves, 21 de junio de 2012

CLASE TEMARIO DEL AÑO: de MERCEDES LAMAS(1ra parte)

TEMARIO: EL LENGUAJE, LA GRAMATICA, FIGURAS RETORICAS. (1ra  parte)

R. Barthes (1) dice:”…convertir en imagen el lenguaje…” y poseemos tantas figuras retóricas, sinónimos, antónimos, parónimos, homónimos, adjetivos etc. que es casi imposible escribir un  texto sin emplearlos, aunque no seamos conscientes de su uso.

“…Texto quiere decir Tejido, pero si hasta aquí se ha tomado este tejido como un producto, un velo detrás del cual se encuentra más o menos oculto el sentido (la verdad), nosotros acentuamos ahora la idea generativa de que el texto se hace, se trabaja a través de un entrelazado perpetuo; perdido en ese tejido –esa textura– el sujeto se deshace en él como una araña que se disuelve en las segregaciones constructivas de su tela. Si amásemos los neologismos podríamos definir la teoría del texto como una hifologia (hifos: es el tejido y la tela de la araña)...” (2)

“…El brío del texto (sin el cual en suma no hay texto) sería su voluntad de goce: allí mismo donde excede la demanda, sobrepasa el murmullo y trata de desbordar, de forzar la liberación de los adjetivos –que son las puertas del lenguaje por donde lo ideológico y lo imaginario penetran en grandes oleadas.”(3)

Ferdinand de Saussure (Ginebra, Suiza, 26 de noviembre de 1857, 22 de febrero del 1913), fue un lingüista suizo, cuyas ideas sirvieron para el inicio y posterior desarrollo del estudio de la lingüística moderna en el siglo XX. Se le conoce como el padre de la lingüística del siglo XX. Sin embargo, muchos lingüistas y filósofos consideran sus ideas fuera de tiempo.

El lenguaje para Saussure es una institución social. Distingue entre:

a.   LENGUA: sistema de signos. Código que los individuos aprenden y retienen para su posterior uso basado en la interacción y la comunicación.

b.   HABLA: es un acto particular. Recreación individual a partir
del código o sistema de signos común a los demás individuos.
Habla además de:
·         SINCRONÍA: como el estudio de la Lengua en un determinado momento o período de la historia, por ej. El estudio de la Lengua en el SXV. y
·        DIACRONÍA: estudio de un fenómeno social a lo largo de distintas fases históricas.- Su evolución, por ej. Estudio de la Lengua del SXV al SXVIII.
Introduce la palabra SIGNO LINGÜÍSTICO y dice que dicho signo posee un significado (concepto) y un significante (imagen acústica).
Para él, el signo es arbitrario porque la conexión entre significado y significante es convencional, socialmente construida. (4)
No podemos dejar de mencionar a Émile Benveniste
Estudió en la Sorbona con Antoine Meillet, antiguo discípulo de Ferdinand de Saussure, y sus primeras obras son una continuación de las investigaciones de aquél sobre las lenguas indoeuropeas.
Su recepción se limitó inicialmente al ámbito académico especializado, situación que cambió con la aparición de su obra Problemas de lingüística general, en 1966, libro seguido por un segundo volumen en 1974, que recoge artículos de 1965-1972. Dada la categoría de muchos de sus comentaristas —como Roland Barthes que le admiraba—, se le inscribe dentro de la corriente estructuralista, aunque su modo de abordar el lenguaje fuese muy personal.(5)
Dice E. Coseriu
Hay, por tanto, dentro del mismo sistema lingüístico, un continuo paso de signos de una comunidad a otra, de un estrato social a otro estrato social
de una región a otra y de una convención a otra (es decir, de la lengua común a los dialectos y viceversa, de un dialecto a otro, de lenguajes especiales o técnicos a la lengua común y viceversa, del lenguaje familiar a la lengua literaria y viceversa, del lenguaje emotivo o afectivo al lenguaje enunciativo y viceversa, etc.), como también hay intercambio entre sistemas lingüísticos autónomos, es decir, entre idiomas diversos. En cada caso, el signo, en la comunidad en que empieza a emplearse y se difunde, se presenta como “innovación” y “cambio” (6)
Barthes,  Saussure, Benveniste, Coseriu y otros se dedicaron a estudiar con ahínco a la Lingüística.
Y nosotros tratamos de escribir lo mejor posible usando figuras literarias o retóricas que realzan un escrito. Son recursos que posee el escritor para embellecer un texto narrativo, lírico o dramático. Ejemplos de ellas son: comparación, metáfora, personificación, hipérbole, hipérbaton, pleonasmo, epínome, quiasmo, lítote, enumeración, anáfora, etc. (ver para ello www.ictisp.com/www.monografias.com/www.retoricas.com)
Al igual que ellas, los sinónimos (palabras que significan lo mismo y se escriben distinto), antónimos (vocablos de significación opuesta), parónimos (dos o más palabras que tienen semejanza por su sonido, etiología o forma), homónimos (palabras de igual sonido pero de distinto significado) y la adjetivación precisa
conforman todos un universo que auxilian al escritor en su aventura de escribir.
Asimismo, tratamos de no utilizar lugares comunes cuando escribimos.

Dejamos de pensar por usar demasiados lugares comunes”
La palabra es la herramienta de control más eficaz, dice el escritor Marcelo Cohen
Marcelo Cohen: "La crítica a los políticos suele hacerse con un escepticismo

mórbido y melancólico", asegura que no hay libertad si no se consigue hablar de
otra manera que la convencional, si no se puede lograr que la expresión supere el orden de las convenciones.
“Usamos demasiados lugares comunes sin darnos cuenta de que eso es renunciar a pensar. Si decimos, por ejemplo, «no nos une el amor, sino el espanto», que es una frase ya hecha, construida por otro, también seremos propensos a repetir de un modo automático la frase «guerra preventiva», como si fuera algo válido y pensado por nosotros mismos”, dice Cohen.
A partir de la crisis de 2001 se popularizaron frases como “todos los políticos son
corruptos” o “que se vayan todos”. Explica Cohen: “Esto también es un lugar común y, como tal, una mentira que nos deja insatisfechos, porque no expresamos nada con ella. Al contrario: nos queda un resto adentro que se transforma en impotencia, en rabia”. (7)
Muchas frases nos remiten a lugares comunes, por ejemplo:
Con  los militares se vivía mejor.
 Somos lo que comemos
Todos somos iguales.
 No somos nada.
Son todos unos corruptos.
El suicida es un cobarde.
Algo habrá hecho
Por algo será.
Algunas expresiones son, si se quiere, hasta necesarias en un determinado texto, ya que su contexto lo requiere.
“…los latinoamericanos tenemos una jodida fama de charlatanes, vagabundos, buscabroncas, calentones y fiesteros, que por algo será…” (8)

EL CAZADOR DE SUEÑOS por GRACIELA ZECCA

              Deambulaba por el mundo haciendo su trabajo nocturno.

    Expectante y dispuesto a realizarlo con eficiencia, se pasaba largas horas sentado frente a una enorme bola de cristal visualizando los sueños de los mortales. Siempre atento a seleccionar aquél que fuera  especial,  que se diferenciara de los otros, que contuviera una extrema dosis de locura, para luego tele transportarse raudamente hasta el sitio donde había sido gestado, alcanzarlo  con su red y llevárselo consigo.

    En el viejo castillo que habitaba, exhibía en las paredes de las habitaciones,  su colección de sueños atrapados.

    Los había de todos los colores, formas y tamaños.

    Porque la locura es como los perfumes caros, los más pequeños casi siempre tienen una dosis mayor de concentración y son inigualables.

    Su única prohibición era atrapar sueños normales.

    A ciencia cierta no se sabe desde cuando fue empleado para tan minuciosa tarea, se dice por ahí que hace tiempo se escapó de  un hospital neuropsiquiátrico, pero se dicen tantas cosas, que vaya a saber uno sí son ciertas.

Brutal desarraigo por SUSANA RADIA






Johana la niña bonita, triste, tan desamparada. Con un enorme desarraigo en su interior. Algo en ella le decía que muy lejos unos brazos extrañaban su presencia, que había amor mas allá de lo que conocía.
Muy pocos recuerdos, que como ráfagas veloces recorrían su mente y se diluían.
Ramalazos de cosas sueltas, una casa blanca, un hermoso jardín con hortensias de colores, una cerca… breves instantes en que todo eso tan hermoso se desvanecía.
Días lánguidos sin sosiego, sin recuerdos, sin besos, sin caricias… solo miradas punzantes, dolorosas como cachetadas. Solo quejas, reproches y humillaciones.
En su cabecita bullía un misterio. Palabras oídas al pasar, frases inconclusas que trataba de unir sin sentido.
 Se debatía entre la cruel realidad de verse obligada a salir todos los días a pedir limosna, avergonzada, desbastada, y sin fuerzas, hasta la sensación de preferir morir, y luego los insultos, las pocas monedas, el gesto mezquino, la invisible caricia, el desamor.

Habitante de las calles, en todas las horas del día, era testigo de abrazos incondicionales, de niños queridos por sus madres, de ese amor  que a ella tanto le faltaba.
El tiempo le hizo preguntarse más de una vez ¿si ella realmente pertenecía a ese lugar? Y esos mínimos recuerdos que se agolpaban, que salían de su interior torturándola.
Soñaba  despierta; un lugar remoto, brazos que la esperaban, alguien con dolor en el alma, llantos…una espera pronunciada. Alguien que ella tal vez necesitara.
El letargo, la sensación de ser amada, de pronto una voz patética cruelmente la volvió a la realidad: -¡la plata!, dame la plata, a ver ¿cuánto trajiste hoy?,¡ ya sabes si no hay suficiente, no hay cena!
Dios,  cuánto tiempo más aguantar tanto desamparo, tanta humillación, tanto dolor carcomiéndole  por dentro. Se preguntaba sí la muerte no era acaso una solución definitiva.
Salió a la calle, caminó hacia las vías del tren que parecían llamarla, las barreras moviéndose lentamente.  Su s pies atraídos como imanes sobre los durmientes, cerró los ojos, sin pensar, sin mirar, sin sentir, sin la nada…
La noche se cerró… las estrellas lloraron.


PÁJAROS EN LA CABEZA por ABEL PONTE



    - No hay caso. Por más que lo intento no me sale.

     Mira que le pongo voluntad. Hago todo tipo de esfuerzos, y no va.

     Cualquier pelotudo sueña con pájaros, pero yo no puedo.

     Leí libros de ornitología antes de dormir, he visto infinidad de documentales  de National Geographic, hasta sé de memoria Juan Salvador Gaviota.

     Todos esfuerzos estériles, inútiles.

     He soñado con barcos, con oficinas públicas de pasillos eternos, con voluptuosas ninfas de pechos fulgurantes, con una puerta abierta al final de una escalera, a la que llego después de subir con mucho esfuerzo, y cada vez que estoy a punto de descubrir que hay del otro lado,  me despierto. He soñado que me soñaba soñando que soñaba. Soñé con Calderón de la Barca, con el doctor Freud y con Martin Luther King. También soñé con trompos. ¿Qué tienen que ver los trompos?

     Pero con pájaros no puedo soñar.

     Una vez, en la escuela primaria, a la maestra, la señorita Clotilde, se le ocurrió preguntar ¿Qué soñaron anoche? Yo no me acordaba. Pero Miguelito, que se sentaba detrás de mí y siempre me copiaba, muy suelto de cuerpo contó que él corría por la playa y cientos de pájaros volaban a su alrededor. A la maestra le gustó tanto, que nos hizo dibujar a todos el sueño de Miguelito. Desde ese día intento  soñar con pájaros y no puedo.

     Por eso, finalmente conseguí este empleo. Soy el cuidador del Faro de Punta Piedras, un pueblito perdido del sur, donde las gaviotas y los cormoranes son mi única compañía.

     Los días de calor y no tanto, corro desnudo por la playa, con trozos de pescado en mis manos. Así logro que las aves marinas me sigan en bandada, rodeándome y remolineando a mí alrededor. Si alguien me viera, pensaría que estoy loco. No es así. Solo estoy soñando.-


Se quedó callado,  la vista perdida entre las ramas sin hojas de los árboles de fin de otoño. Nos encontramos todos los días y él siempre cuenta la misma historia. Desde que me jubilé vengo siempre a sentarme un rato al solcito y  tirarle unas miguitas a las palomas, habitantes consecuentes de este parque ubicado en el centro de una ciudad mediterránea. Sin embargo, cuando escucho su relato, los pulmones se me llenan de aire de mar y estoy seguro de reconocer en los ojos de las palomas, mirada de gaviota.