jueves, 12 de noviembre de 2009

MÚSICA por NORMA SALINAS


Música
para describir en armonía los sentimientos más estrechos del alma.
Apagan luces y estridentes palabras
el azul gana la furia del rojo.
Sólo queda espacio para las miradas.

martes, 10 de noviembre de 2009

poema sin título por DANIEL E. GRECO


foto del blog: Maraton maestro


Las pocas palomas detenidas,

Condensadas con alientos anónimos
Se amontonan en jaulas salpicadas
Sobre nerolites mudos.

Nos convidan desde lejos a nosotros
-rezagos expulsados a jornadas laborables
De una infancia que se niega a expirar-
Son flores de papel a empellones colocadas
Que se expanden a trayectos no pautados,
Rechazos refractados a recorrer
Lo que el vitral de los lugares que el ojo prevé
Reproduce con invertida fidelidad.

Los pasos que la vereda no retuvo
Ya se evaporaron cuando volteaste la mirada,
Cuando diste la primera probada
A ese café ya previsto
Ese que la máquina expulsó
Con un sonido tartajeante
-una tos de vocales oxidadas-
Que hasta hace un rato colgaron de un pizarrón
De hule desembozado.

Los círculos que escupe tu compás
Ya no son tuyos
Una vez que se completaron-
Son de Dios,
De un Dios que llora sobre un jarro de cerveza,
De un Dios pequeño que llora a deslaves,
a chaparrones de sollozos mal contenidos
Todas las intemperies que le privaron
Las cuatro paredes silenciosas
Que dan refugio de buen salario
A su inmovilidad mal obligada.

Quiere atisbar y no puede
Esas aventuras masticadas, empaquetadas para la eternidad
En cartuchos plásticos,
Resguardo de imágenes congeladas
En el momento bello exacto
En que iban a volar;
Mientras, desde las uñas de tus pies
Iban a crecer raíces
Que te volverían a atar.

Si un poema momentáneo las colma
Adquieren una vida nueva
A empréstitos renovables
Pero mueren de todo vencimiento
-colillas extinguidas por su fracaso de caer-
Cuando este cambia de forma.


Por último, emprenden un vuelo condenado
Que culmina en un amanecer de escobillones abandonados
Sobre la indistinta mugre de la pinotea.

Daniel E. Greco

CEGUERA por JORGELINA MARTÍNEZ DELFA

Ceguera
El espejo robó tu alma y el agua absorbió tu imagen. Turbia. No pudieron verte. Las lenguas enfurecidas buscan encontrarte en las líneas de mi mano. Sufren. No pueden verte. Y la huella que delata al sediento ladrón es visible en el pavimento pero en la desesperación miran al cielo. No pueden verte. No quieren.