martes, 14 de agosto de 2012

EL SURREALISMO EN LAS LETRAS (4ta parte)

EL SURREALISMO EN LAS LETRAS EN ESPAÑA
El surrealismo fue seguido con interés por los intelectuales españoles de los años 30. Existía el precedente de Ramón Gómez de la Serna, quien utilizaba algunas fórmulas vinculables al surrealismo, como la greguería. El primero en adoptar sus métodos fue José María Hinojosa, autor de La flor de Californía (1928), libro pionero de prosas narrativas y oníricas.

 
Las greguerías son textos breves semejantes a aforismos, que generalmente constan de una sola frase expresada en una sola línea, y que expresan, de forma aguda y original, pensamientos filosóficos, humorísticos, pragmáticos, líricos, o de cualquier otra índole.
Varios poetas de la generación del 27 se interesaron por las posibilidades expresivas del surrealismo. Su huella es evidente en libros como en la sección tercera de Sobre los ángeles y en Sermones y moradas de Rafael Alberti; en Poeta en Nueva York de Federico García Lorca y Un río, un amor y Los placeres prohibidos de Luis Cernuda. Vicente Aleixandre se definió a sí mismo como "un poeta superrealista", aunque matizando que su poesía no era en modo alguno producto directo de la escritura automática. Miguel Hernández sufrió una efímera etapa surrealista y durante la posguerra la imprenta surrealista se percibe en los poetas del Postismo y en Juan Eduardo Cirlot, y en la actualidad existe un cierto postsurrealismo en la obra de algunos poetas como Blanca Andreu.

 En las islas Canarias la afición por el surrealismo llevó a la formación en los años 30 de la Facción Surrealista de Tenerife, un grupo de entusiastas, al modo del creado en Francia alrededor de André Breton. Sus componentes (Agustín Espinosa, Domingo López Torres, Pedro García Cabrera, Óscar Domínguez, Eduardo Westerdahl y Domingo Pérez Minik) expusieron sus creaciones y puntos de vista en los treinta y ocho números de la revista Gaceta de Arte.


Aunque no se le pueda considerar un surrealista estricto, el poeta y pensador Juan Larrea vivió de primera mano la eclosión del movimiento en París y reflexionó más tarde sobre su valor y trascendencia en obras como Surrealismo entre viejo y nuevo mundo (1944). En la actualidad existe una corriente de neosurrealismo en la poesía de Blanca Andreu.

                                 OSCAR DOMINGUEZ

Óscar Domínguez, pintor de origen canario incorporado a la Escuela de París de los surrealistas, se convirtió -a raíz de su viaje a la capital francesa en 1927, donde establece su residencia habitual hasta su muerte, acaecida en 1957- en la pieza clave para que Tenerife se convirtiera en la isla surreal y sus compañeros de generación, poetas y críticos vinculados a la revista Gaceta de Arte (1932-1936), mantuvieran, desde 1930 a 1936, lo que el especialista José Miguel Pérez Corrales ha denominado la “proximidad a las fuentes” [2] originales del Surrealismo. En efecto, los libros que se gestaron al dictado de sus trasgresoras premisas -Crimen (1934) de Agustín Espinosa, Enigma del invitado (1935) de Emeterio Gutiérrez Albelo, Dársena con despertadores (1936) de Pedro García Cabrera y Lo imprevisto (1936) de Domingo López Torres- tienen  mucho que ver con el encadenamiento de paisajes imaginarios, las formas viscerales del deseo y el afloramiento de las inhibiciones que permite la apertura del abrelatas en la pintura de Óscar Domínguez. Recordemos que el calendario del año 1935, en Tenerife, quedó marcado y distinguido por una serie de acontecimientos centrales en la historia del Surrealismo: Breton y Péret visitan la isla para inaugurar la Exposición Surrealista en los salones del Ateneo de Santa Cruz e imparten sendas conferencias paralelas a la muestra; el número 35 de Gaceta de Arte se dedica por completo a textos, criterios e ilustraciones firmadas por nombres relevantes del movimiento;  se suceden las conferencias de los emisarios parisinos del movimiento en el Ateneo de Santa Cruz y en el Puerto de la Cruz; se publica el Segundo Boletín  Internacional del Surrealismo y se  frustra la tan anunciada proyección pública de La Edad de Oro.  
Pero a nosotros nos interesa mucho más el que pocos meses después, ya adentrados en 1936, se publica Enigma del invitado, narración poética onírica, pautada de incoherencias y suspensos, y Dársena con despertadores, conjunto poético elaborado siguiendo rigurosamente las pautas de la composición automática:

El procedimiento empleado para la elaboración de los mismos consistió en confeccionar dos largas listas de palabras autónomas, generalmente nombres, adjetivos, verbos que, bien iba viendo o bien me venían a las mientes en mis paseos por la vega lagunera. Cada dos relaciones de vocablos, que me suministraban la materia prima para cada composición, las apareaba, siguiendo el orden en que fueron surgiendo espontáneamente. Esta manera de unir las palabras daba por resultado imágenes más o menos extrañas, según la mayor o menor proximidad significativa de los términos enlazados, siempre de dos en dos. Así, la tercera relación de frases binómicas participaba de un cierto automatismo psíquico y amanecían estructuras de una lógica estrictamente poética.
Esta primera fase de elaboración de cada poema se continuaba en una segunda en que procedía al ensamblaje de todas las parejas nupciales ya logradas. En esta segunda fase unificadora intervenían entonces los artículos, adverbios, preposiciones y conjunciones, si bien todas estas partes o racionales se distribuían siguiendo vínculos sintácticos


Como vemos, en Canarias se asumió como carta de navegación propia lo aportado por Les champs magnétiques en el sentido no sólo de la técnica automática, sino por tratarse de una creación conjunta, colectiva, con una sola voz final, es decir, una obra con un solo autor, “à deux têtes et le regard doble” [7] (con dos cabezas y mirada doble). La técnica de la escritura automática de Les champs magnétiques -y, por extensión, en el caso del autor de Dársena con despertadores-, cuya realización pictórica tendría en el Retrato de la pianista Roma (1933) de Óscar Domínguez, una de sus mejores invocaciones -las manos libres, al fin, sobre el teclado, desprendidas del cuerpo-, retomaba la idea del Libromallarmeano, abierto a una significación sin límites y de infinitas resonancias, y en el que quien escribe no es más que un simple transmisor.

Como señalaría el poeta de Carcassonne Jöe Bousquet, “si tu ne te libères de toi-même, tu ne seras jamais libéré. En se libérant de toi le langage deviendra collectif.” [8] (Si no te liberas de ti mismo, no serás jamás liberado. Liberándote de ti, el lenguaje devendrá colectivo.) En efecto, frente a otros periodos artísticas de calado más autosuficiente en los que las obras se crean en rigurosa soledad y autónomas al contexto, en la vanguardia canaria se forjó un auténtico sentimiento de cohesión del que la revista Gaceta de Arte fue un enclave más de trabajo inter-artístico. Pensemos en varias de las publicaciones previas -Hespérides (1926-29), La Rosa de los Vientos (1927-1928) o Cartones (1930)-, donde los poetas ejercieron de críticos o l os pintores publicaron sus poemas iniciales; en las reseñas surgidas casi al mismo tiempo que la edición de un libro o la inauguración de una exposición, con las que los compañeros del poeta o pintor saludaban el evento; en publicaciones de compromiso político como Índice (1935); en trabajos poético-pictóricos como Lo imprevisto (1936);  en las portadas realizadas por Óscar Domínguez para los trabajos de Agustín Espinosa, Emeterio Gutiérrez Albelo y Eduardo Westerdahl;  o en los objetos que se contemplaron en la Exposición de Arte Contemporáneo ADLAN-Gaceta de Arte (1936), realizados tanto por poetas como por intelectuales y artistas canarios. Es evidente que las propuestas artísticas y todo el componente reflexivo de esta “facción surrealista de Tenerife”  constituyó una respuesta muy firme al arte entendido como acción, ahora bien, una acción ejercida con inquietudes y lenguajes distintos, y mediante plataformas de convergencia.

Aunque las coordenadas espacio-temporales divergen entre estos acontecimientos de Tenerife y los ya referidos del grupo surrealista parisino, se perciben claros paralelismos entre ambos. Tanto el método de escritura automática descrito con todo lujo de detalles por Pedro García Cabrera, como el impulso colectivo que animaba las actividades surrealistas en Tenerife, se nutren de la misma fuente; esto es, tienen su razón de ser en la corriente surrealista del grupo parisino, al igual que las experiencias automáticas de Breton y Soupault -seducidos por el lenguaje simbólico de Gustave Moureau- retoman la aspiración de Isidoro Duchase, Comte de Lautréamont: un livre futur donde “la poésie doit éter faite par tous” (la poesía debe ser hecha por todos).

Nada mejor para reforzar las correspondencias entre la “Facción surrealista de Tenerife” que veníamos tratando y los principios básicos del movimiento surgido en Francia, que citar las siguientes palabras de Domingo Pérez Minik:

La separación que existía entre el surrealismo de los poetas peninsulares y el de las Islas Canarias nacía de que, en los primeros, todo se originaba por una incitación y una respuesta que no rebasaba el recinto estrictamente personal, mientras que, en los otros, se convirtió en una actitud colectiva, la creación de una política literaria, de un movimiento comunitario, a pesar de la diversidad de los trabajos. 

Óscar Domínguez jugó en todo esto un papel decisivo -se ha señalado hasta el agotamiento- reconociéndosele como puente de conexión entre las actividades del grupo parisino y del tinerfeño. Su impostergable disidencia de cualquier constricción, su debilidad por los vaivenes del azar, su imaginario onírico o su exaltado erotismo, fue un ejemplo para sus compañeros de generación. A este respecto, Maud Bnnneaud hizo las siguientes consideraciones:

“Nunca pienso” -decía Domínguez-, orgulloso de una afirmación tan valiente entre intelectuales. Ser telúrico, preso de sus fantasmas, hundido a gusto en los olores, las savias, la sabiduría del Atlántico y de la isla. Funcionaba su mente por receptividad. Cualquier fenómeno exterior desencadenaba una serie de reacciones perfectamente inesperadas, pero legibles para quien supiera seguir el hilo de Ariadna de su laberinto apasionado, infantil y apasionante. El juego traguito, la intensa sensibilidad, la asociación de ideas, la liberación de mitos y tabúes oscuros salían a chorros poéticos, sin explicación inmediata. También sin ningún afán de belleza o pretensión literaria. 


Y él, más que ningún otro, se movió con soltura en el territorio sin fronteras y antiacadémico de las relaciones poesía-pintura. En ese doblez de la expresión artística se sitúan todos sus trabajos junto a Georges Hugnet, ]el lienzo Lancelot 28º33’ (1938) inspirado en el libro homónimo de Agustín Espinosa, las ilustraciones con aguafuertes para Poésie et vérité (1947) de Paul Éluard  y sus incursiones en el mundo de la escritura. Como señaló la que fue su esposa, Maud Bonneaud, “una persona totalmente surrealista como lo fue Óscar Domínguez, tenía que expresarse a veces sin pinceles”.  Aunque no han llegado a nosotros, escribió poemas, prosa, canciones y una obra de teatro llamada Difícil para el automóvil, fácil para la bicicleta e infantil para el bastón del ciego. No obstante, sí contamos con su poemario Les deux qui se croisent (1947), un juego de palabras, situaciones, encuentros y disparates de todo tipo del que rescatamos un fragmento del capítulo “Rêve de M. Robson”. En él asistimos al tratamiento simultáneo de la imagen poética, pictórica y cinematográfica:

Une pluie torrentielle; un voilier traverse la pluie comme un oiseau.
Flèche et oiseau avancent, un éclair illumine un paysaje cosmique.

Ce paysaje est coupé d’un rectangle semblable à un écran de cinéma.
En clair obscur s’y déroule la scène suivante : Le point central de la Place de la Bastille. A gauche, perspective très allongée d’un mur blan sur lequel on voit une affiche, portant, en gros caractères, le mot : ÉCRIRE.

A droite, un immense obélisque où sont suspendues les unes au-dessus des autres des boules de coiffeur, des enseignes de tabac, de cordonnier, de bottier, etc…

En gros plan, du côté gauche et du côté droit, apparaissent les deux qui se croisent, l’un venant du Nord, l’autre du Sud. Ils se croisent et disparaissent des deux côtés de l’écran. 




CAJA CON TORO Y PIANO- OBRA DE OSCAR DOMINGUEZ



MAQUINA DE COSER ELECTROSEXUAL



EL PAYASO

El SURREALISMO EN LAS ARTES (3ra parte) Temario del Taller



SALVADOR DALÍ  (1904-1989)

Eugenio Salvador Dalí i Doménech nace en Figueras en 1904. Pintor y escultor, se integra en el grupo de poetas y artistas conocido posteriormente por la generación del 27. La pintura de sus primeros años, el Manifiesto Amarillo (1928), sus artículos y sus conferencias (1930) provocaron reacciones violentas. Residiendo en Paris desde las postrimerías de los años veinte, se convirtió en la figura más brillante del surrealismo pictórico. Fue en Paris que conoció a la mujer de Paul Eluard, Gala Helena D.Diakonova, con quien se casó.
En 1939 se traslada a los EEUU, alternando sus estancias en Portlligat, cuyo paisaje se convirtió en el motivo principal de su obra. Fué expulsado del surrealismo acusado de fascista, por André Breton. A su regreso a España en 1948 siguió, según él, la tradición espiritual de Zurbarán, Murillo, Valdés Leal y los grandes místicos de la literatura castellana.

 Su pintura, que parte del noucentismo y pasa por una etapa cubísta, responde a lo que él denomina actividad paranoico-crítica y se caracteriza por la representación, influida por la pintura metafísica, de escenas oníricas realizadas con una extraordinaria minuciosidad técnica: "La persistencia de la memoria (1931)" con sus relojes blandos, "Presagio de la Guerra Civil" (1936), diversas variaciones sobre "El ángelus" de Millet, etc.

 Después de una estancia en Italia, tras la guerra civil española (1936-1939), aborda temas religiosos, históricos y alegóricos: "Las tentaciones de San Antonio"(1947), "La Madona de Portlligat" (1950), "Descubrimiento de América por Cristóbal Colón" (1959), "La Batalla de Tetuán" (1962), etc.
Su interés por los efectos visuales lo lleva al uso de la holografía y a la realización de pinturas estereoscópicas como "La silla" (1975). Colabora en algunas películas: "Un chien andalou" (1929) y "La edad de oro" (1931) de Luis Buñuel, "Spellbound (Recuerda)" (1945) de Alfred Hitchcock. Creó la escenografía y los figurines de muchos ballets, y en teatro colabora con Visconti y con Luis Escobar. 

 Ilustra libros y diseña joyas, esculturas y objetos diversos. Entre sus libros destacan "The secret Life of Salvador Dalí "(1942), "Fifty Secrets of Magic Craftsmanship" (1948), "Journal d’un genie" (1954), "Le mythe tragique de l’Angelus de Millet" (1963). En 1974 se inaugura en Figueres su museo monográfico Teatre Museu Dalí. Tras la muerte de su esposa Gala en 1982, constituye la fundación Gala-Salvador Dalí que administra su legado.  

 Muere el 23 de enero de 1989 en Figueras.
                                                CANIBALISMO
-playa-encantada-con-tres-gracias-fluidas

DESINTEGRACION DE LA PERSISTENCIA DE LA MEMORIA-

-montre-molle-au-moment-

CRUXIFICION

EL MERCADO DE LOS ESCLAVOS Y EL BUSTO DE VOLTAIRE QUE DESAPARECE

                         LOS ELEFANTES

Dalí es conocido por sus impactantes y oníricas imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen atribuir a la influencia y admiración por el arte renacentista. También fue un experto dibujante. Los recursos plásticos dalinianos también abordaron el cine, la escultura y la fotografía, lo cual le condujo a numerosas colaboraciones con otros artistas audiovisuales. Tuvo la habilidad de forjar un estilo marcadamente personal y reconocible, que en realidad era muy ecléctico y que «vampirizó» innovaciones ajenas. Una de sus obras más célebres es La persistencia de la memoria, el famoso cuadro de los “relojes blandos”. Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era atraer la atención pública.
Dalí atribuía su “amor por todo lo que es dorado, al lujo y su amor por la moda oriental” a un autoproclamado “linaje arábigo”  que remontaba sus raíces a los tiempos de la dominación árabe de la península ibérica.
(fuente: textos e imagenes extraidos de la web)

EL SURREALISMO EN LAS ARTES (2da parte) Temario del Taller


DESTACADOS PINTORES SURREALISTAS

 

Raymond Georges Yves Tanguy: (5 de enero de 1900 Paris 15 de enero de 1955 ), fue un pintor surrealistas.  Gracias a su amistad con Jacques Prévert, Tanguy fue admitido alrededor de 1924 en el círculo de surrealistas de André Breton. Tanguy desarrolló con rapidez su propio estilo pictórico, celebrando su primera exposición individual en 1927 en París. Ese mismo año se casó por primera vez. Durante esta época tan ocupada de su vida, Breton celebró con Tanguy un contrato para pintar 12 cuadros al año. Con sus ingresos fijados, pintó menos y acabó haciendo sólo 8 obras de arte para Breton.

Los cuadros de Yves Tanguy tienen un estilo único, reconocible rápidamente, de un surrealismo abstracto. Muestran paisajes vastos y abstractos, en su mayor parte con una paleta de colores muy limitada, mostrando sólo destellos de colores que contrastan. Típicamente, estos paisajes de ensueño están poblados por formas abstractas variadas, a veces angulares y agudas como fragmentos de vidrio, otras veces con un aspecto orgánico intrigante, como amebas gigantes repentinamente petrificadas

A través de pájaros, a través del fuego, pero no a través del cristal 1943-


                            El sol en su joyero




René Magritte (n. 21 de noviembre de 1898, en Lessines, Bélgica - 15 de agosto de 1967, en Bruselas, Bélgica) fue un pintor surrealista belga. Conocido por sus ingeniosas y provocativas imágenes, pretendía con su trabajo cambiar la percepción pre condicionada de la realidad y forzar al observador a hacerse hipersensitivo a su entorno.

Magritte dotó al surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras poniendo en cuestión la relación entre un objeto pintado y el real.

En 1927 se establece en las cercanías de París y participa, durante los tres años siguientes, en las actividades del grupo surrealista (sobre todo, se relaciona con Éluard, Breton, Arp, Miró y Dalí). Aporta al Surrealismo parisino un resurgimiento del ilusionismo. A diferencia de Dalí, Magritte no usa la pintura para expresar sus obsesiones privadas o sus fantasías, sino que se expresa con agudeza, ironía y un espíritu de debate.

En 1930 regresa a Bruselas huyendo del ambiente polémico parisino, y allí pasa tranquilo el resto de sus días.

  A Partir de 1926 el estilo de Magritte, también llamado "realismo mágico", cambia poco; entre 1928 y 1930 investiga las ambiguas relaciones entre palabras, imágenes y los objetos que éstas denotan. En La perfidia de las imágenes (1928-1929) retrata meticulosamente una pipa, y debajo, con igual precisión, pone la leyenda Ceci n'est pas une pipe (Esto no es una pipa), cuestionando la realidad pictórica. El espejo falso (1928) explora la misma idea: el ojo, como un falso espejo, reflejando las nubes blancas y el cielo azul pintados de forma realista; en este cuadro introduce el tema del paisaje ilusionista, interpretado en clave pictórica, alejado de toda intención naturalista. Magritte explora en toda su obra el problema del espacio real frente a la ilusión espacial, que es el trasunto de la pintura misma.

Hace muchas variaciones sobre este tema, quizá la más clara de todas sea Los paseos de Euclides (1955), donde muestra un caballete con un cuadro frente a una ventana, a través de la cual se ve un paisaje; la escena pintada corresponde exactamente al fragmento de paisaje sobre el que se sitúa el cuadro, llevando el problema de la pintura, como confrontación naturaleza-ilusión, a la cuarta dimensión.
                                             el espejo falso
 


Max Ernst: (Brühl, Alemania, el 2 de abril de 1891 - París, Francia, el 1 de abril de 1976) fue un artista alemán nacionalizado francés considerado figura fundamental tanto en el movimiento dadá como en el surrealismo. A lo largo de su variada carrera artística, Ernst se caracterizó por ser un experimentador infatigable, utilizando una extraordinaria diversidad de técnicas, estilos y materiales. En todas sus obras buscaba los medios ideales para expresar, en dos o tres dimensiones, el mundo extradimensional de los sueños y la imaginación.
Atraído por la revolución dadaísta contra lo convencional, Ernst se instaló en Colonia y comenzó a trabajar en el collage. En
 1922 se trasladó a vivir a París, donde comenzó a pintar obras surrealistas en las que figuras humanas de gran solemnidad y criaturas fantásticas habitan espacios renacentistas realizados con detallada precisión (L'eléphant célèbes, 1921, Tate Gallery, Londres).

En 1925 inventó el frottage (que transfiere al papel o al lienzo la superficie de un objeto con la ayuda de un sombreado a lápiz); más tarde experimentó con el grattage (técnica por la que se raspan o graban los pigmentos ya secos sobre un lienzo o tabla de madera). Ernst fue encarcelado tras la invasión de Francia por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial; en la prisión trabajó en la decalcomanía, técnica para transferir al cristal o al metal pinturas realizadas sobre un papel especialmente preparado.

Recurrió luego al collage en tres novelas en imágenes: La Femme 100 têtes (La Mujer 100 cabezas, 1929), Rêve d'une petite fille qui voulut entrer au Carmel (Sueño de una niña que quiso entrar en el Carmelo, 1930) y Une semaine de bonté ou les sept éléments capitaux (Una semana de bondad o los Siete Elementos capitales, 1934).

El mundo de Ernst está repleto de formas inquietantes y sombrías, seres imaginarios y poderosos, pájaros, monstruos y formas vegetales, siendo un claro precedente del desarrollo del mito de la mujer-pájaro mironiana. El motivo de los pájaros, formalmente ya estilizados, surge en la obra de Max Ernst a partir de 1925, durante la época de su más estrecha relación con Miró, y en ellos muestra una poderosa afinidad con éste, sobre todo en la fusión de deformidades y bioformas en un cielo de azul plano, por ejemplo en Monumento a los pájaros (1927

La novela en imágenes (picture novel) o novela sin palabras (wordless book) era un libro que contaba historias completas sin texto, recurriendo al uso en cada página de un grabado y en menor medida un collage o un dibujo a tinta. Surgidas en pleno auge del cine mudo, vivieron su época de esplendor en los años 30 del siglo pasado y abundaron en la temática social. Actualmente se las considera un precedente de la novela gráfica contemporánea


 

Alberto Giacometti
(Stampa, Suiza, 1901-Chur, id., 1966) Escultor y pintor suizo. Nació en un ambiente artístico, ya que su padre, Giovanni, era un pintor impresionista. Se inició en el dibujo y la plástica en la Escuela de Artes y Oficios de Ginebra, antes de trasladarse a París para seguir los cursos de escultura de E. A. Bourdelle en la Academia de Grand Chaumière. En la capital francesa entró en contacto con el ambiente cubista, y más tarde con el grupo surrealista, del que formó parte de 1930 a 1935. En las obras de este período, muy personales, se reconoce la idea surrealista del simbolismo de los objetos.

En pintura, donde sus obras se caracterizan por figuras rígidas y frontales, simbólicamente aisladas en el espacio. En estas creaciones que representan la soledad y el aislamiento del hombre se ha querido ver un trasunto de la filosofía existencialista, y de hecho J.-P. Sartre, el máximo representante de la tendencia, reconoció en la obra de Giacometti algunas de sus ideas y escribió sobre ella. La familia y los amigos del artista fueron sus modelos preferidos, en particular su hermano Diego, al que reprodujo en numerosas esculturas, pinturas y dibujos
 



 


André Masson
Balagny-sur-Thérain, 1896-París, 1987) Pintor francés. Iniciado en el cubismo, derivó con posterioridad hacia el surrealismo. Tras una estancia en EE UU (1941-1945), adoptó un lenguaje más abstracto y se orientó también hacia el retrato (serieSybille, 1944-1945). Su obra ulterior, entre abstracta y figurativa, se caracteriza por su temática violenta. Es notable también su labor como grabador (ilustró obras de Rimbaud, Tzara y Aragon, entre otros).
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Jean Arp: pintor, escultor y poeta  franco alemán. Fue miembro fundador del movimiento Dadá en Zúrich en 1916. En 1920, como Hans Arp, junto a Max Ernst, y el activista social Alfred Grünwald, estableció el grupo dadá de Colonia. Sin embargo, en 1925 su obra apareció también en la primera exposición del grupo surrealista en la Galerie Pierrede París.
De este mismo año es su libro, conjunto con El Lissitzky sobre «Los ismos en el arte».
Arp combina las técnicas de automatismo y las oníricas en la misma obra desarrollando una iconografía de formas orgánicas que se ha dado en llamar escultura biomórfica, en la que se trata de representar lo orgánico como principio formativo de la realidad. Su poesía se incluye dentro del movimiento surrealista. En 1926, Arp se traslada al suburbio de Meudon en París. En 1931, rompe con el movimiento surrealista y funda la Abstracción-creación, trabajando con el grupo parisino Abstracción-creación y editando en la revista Transition.
A partir de los años treinta y hasta su muerte, escribió y publicó ensayos y poesía. En 1942, huyó de su casa en Meudon escapando de la ocupación alemana y vivió en Zúrich hasta el final de la guerra.
Arp visitó la ciudad de Nueva York en 1949 para presentar una exposición individual en la Galería Buchholz. En 1950, se le ofreció el realizar un relieve para el Graduate Center de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts y se le encargó el mural del edificio de la Unesco en París. En 1954Arp ganó el Gran Premio de escultura de la Bienal de Venecia.

En 1958 se presentó una muestra retrospectiva de sus trabajos en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, a la que siguió una exposición en el Museo de Arte Moderno de París, en 1962.

En los medios audiovisuales

En la vertiente cinematográfica, el surrealismo dio lugar a varios intentos enmarcados en el cine de las vanguardias históricas, como La coquille et le clergyman (1926) 'La concha y el clérigo', de Germaine Dulac o L'étoile de mer (1928) 'La estrella de mar', de Man Ray y Robert Desnos, un cortometraje dadaísta.
Cabeza de Luis Buñuel, obra del escultor Iñaki, en el Centro Buñuel de Calanda.

Luis Buñuel, en colaboración con Dalí, realizó las obras más revolucionarias: Un perro andaluz (Un chien andalou, 1928) y La edad de oro (L'âge d'or, 1930).

Alfred Hitchcock y Salvador Dalí colaboraron cuando el primero encargó al artista catalán parte de la escenografía de Recuerda (Spellbound).

Cineastas contemporáneos, como David Lynch, Jean-Pierre Jeunet, Julio Médem, o Carlos Atanes, entre otros, muestran la influencia del surrealismo.
                                             fotografia de Man Ray

MAN RAY: Toda la obra fotográfica de Man Ray puede definirse como fascinante y desconcertante a la vez. Una imparable mezcla de invención, juego y goce.


Intuitivo y emocional su obra se reparte entre bodegones y naturalezas muertas por un lado y retratos -de los personajes más significativos de la época que le tocó vivir- y desnudos protagonizados por mujeres fatales por otro.Retratos que aparte de su valor documental, son concebidos como una reflexión cercana a lo psicológico del personaje, acentuando su tratamiento formal para acercarse a él.

Sus objetos, en los que podemos incluir los rayogramas, con composiciones muy estudiadas, transcienden de lo cotidiano para tomar vida propia y formar parte de un mundo onírico, en el más puro estilo surrealista, en el que las cosas no son lo que son. No se trata de fotografiar la realidad sino de recrearla. Desnudos, casi teatrales, que nos presentan, en perfecto equilibrio, a mujeres llenas de atractivo sexual, pero que entran a formar parte de un juego compositivo.

                          LUIS BUÑUEL
LUIS BUÑUEL EN EL CENTRO con el Elenco  DE "LA EDAD DE ORO"



 Salvador_Dali-Jose Moreno Villa- Luis Buñuel- Federico Garcia Lorca y Antonio Rubio