Me concibieron entre la sustancia, dentro de una humedad enmarañada. Me echaron del interior al mundo protuberante, dejando que mis ojos inundasen de terquedad, y los oídos sorprendieranal sueño. Me incitaron a entender, sin silencios. Me obligaron a jugar en un mundo sin respiro, impidiéndome retornar a la paz interior, la que jamás deseé me desprendieran.