viernes, 16 de octubre de 2009

ESE SOL ... LUCAS REANO

Ese sol…

La calidez que nos trasciende,
que nos exige,
reverenciálmente,
posturas supremas,
profundidad que refleje
solitariamente,
lo noble que es el sentido
de la vida.

Si desde la confusión
se desenfoca la realidad
es porque quizás,
otras realidades
existan y sean
presencia,
en este presente confuso.

Será por eso que no dudo,
no dudamos,
en asir el sol…
ese sol,
con nuestros pequeños,
frágiles dedos.
Nos convierte,
una y otra vez,
en otro nosotros.

Y ese nosotros,
se hace experiencia.
Los surcos en un rostro
de ojos algo gastados,
nos delatan,
nos delatarán.
Nos ensayan,
en dilemas que nunca,
pensamos como propios.

Y, ¡cómo es el trayecto!
¿Cómo será?
que tal vez,
nos proclame en reflejo
o realidad.
Cada uno sabrá,
si es importante distinguir
cual es cual.

Pues ambos
tienen ese toque de belleza,
a veces imperceptible,
pero de esencia contrastante.

¿Será la perspectiva?
Se nos pierde,
quizás, intencionalmente,
mientras, nosotros,
nos deshacemos
en el aroma sutil
de una flor,
que responde al contraste
antes nombrado.

Entonces…
saltar,
¿o no?
Usar un puente.
Zambullirse de cabeza.
Quedarse y mirar.
Quedarse y dormir.
Solo oír.
Solo saber,
que se debe disfrutar.

Y descubrir,
que del amor,
surgirá más delicadeza,
que sentiremos nuestra,
desde el momento
en que no lo fue más.
¡Qué ellos también disfruten!
Ojalá que más que nosotros,
aunque…
ellos y nosotros,
somos lo mismo,
seremos lo mismo.

Adolecer y empezar,
a extraviarse nuevamente,
en los desatinos
que se exhalan
desde el mundo
que nos desorienta.
Causa: reencontrarse.
Efecto: nosotros.
Medio: ese sol…

Andarlo al camino.
Pisar el pórtico
y dudar…
¿entraré?
¿o ya lo hice?
¿estoy saliendo?
¿y esa otra puerta?
La voy a abrir..?

Mesas vacías,
soledades compartidas.
premisas del tiempo,
que necesitaremos
para reflexionar,
si nos identificaremos
con el vacío.

Brumosa actualidad,
apenas salpicada
de elixires
cada vez más extraños,
tacitando a ese sol…
haciéndolo de timidez,
el enfrentarlo
a nuestros usuales
improperios.

Cansarse y enterrarse,
en nuestras lápidas
numeradas,
en par o impar,
resignados a vivir
al margen
del disfrute que ese sol
nos propone.

Sé,
o sabemos,
que a pesar de todos,
se puede bailar,
galantear,
ser dandi,
y esconderse
en la tradición.

Cambiar el enfoque,
y sentirse
en el pasado reciente,
que decora lo indemorable,
que defiende lo indefendible,
con lo equivocado.

¿Qué hacer entonces?
¿distraerse?
¿Con las arquitectónicas arcadas?
También inteligentes…
¿o intuir qué se puede cambiar?
Cambiar ahora.
Cambiar mañana.
Cambiar ahora y mañana,
que es el mismo tiempo,
al mismo tiempo.
El ahora y el mañana,
son ese sol…
Dicho y escrito,
que se dice y dirá,
que se escribe y escribirá
que quizás, nunca entenderemos.
(Cadáver exquisito con fotografías, trabajo de clases)

jueves, 15 de octubre de 2009

RECORDANDO EN EL VIEJO BAR EL CAIRO por CRISTINA ZAMORA


La noche en que viajamos por las rutas de San Luis yendo hacia Merlo, recuerdo que lloviznaba. A la mañana siguiente fuimos a la casa de doña Elena a saludarla, como viejos amigo.
Ella nos contó que cuando era joven bailaba tangos con su compañero y esposo en los Bares Distinguidos con muchos cortes, quebradas y firuletes.
Después nos dirigimos al centro de la ciudad de Merlo y estacionamos el auto frente a un local del Correo Argentino.
Luego fuimos a caminar y paseamos por las viejas y altas recobas muy antiguas. Al atardecer fuimos a contemplar el ocaso frente a un hermoso río de aguas cristalinas.
Mi esposa extrañaba el confort de nuestra casa, sus aros, zapatos de tacos altos, una flor en su mesa de luz y su linterna nocturna.
En la mesa del Bar El Cairo en la que nos habíamos sentado esa tarde, daba a una de las ventanas y entraba la luz del sol y en un impulso junté mis manos haciendo un juego de figuras con la luz y la sombra.
En la mesa vecina tomando un té con masas estaba una señora mayor muy linda y simpática que nos saludó sonriendo.
Volví a mis recuerdos y evoqué un hermoso paisaje de montaña, árboles y cielo reflejados en el agua del río o arroyo. Me acordé de cuando fuimos a conocer la Terminal de colectivos y vimos muchos autos estacionados en las inmediaciones y cercanías.
También rememoré de cuando era niño y viajaba con mis padres en tren, de las vías del ferrocarril, las viejas estaciones de los pueblos, y de una vez que ví un ramo de flores sobre durminetes.
De pronto me vino la imagen del Parque Independencia, el lago y sus hermosos y pintorescos puentes. En ese momento mi esposa tenía a nuestro hijito en sus brazos y con ambas manos sostenía su cabecita como si fuera una suave almohada.
Me llamó la atención dentro del Bar un lindo y colorido poster de una linda chica apoyando el rostro en el dorso de su mano debajo de una gran sombrilla celeste.
Contemplaba a través de la ventana, una antigua casa de la vereda de enfrente con la puerta del pasillo abierta por donde se podían observar departamentos también antiguos y macetas con plantas.
Ya terminábamos nuestros cafés con leche, y antes de retirarnos dimos otra emotiva mirada a ese viejo y querido Bar El Cairo por el que pasaron tantas generaciones y personajes ilustres del arte, las letras y la política.
(Cadáver exquisito con fotografías, trabajo de clases)

miércoles, 14 de octubre de 2009

OCTAVIO PAZ. El arco y la lira


Leer y/o descargar El arco y la lira

ARMONÍA por HUGO SELETTI


Armonía

Cae sin sentido mojando tu vanidad
El sabor a flor ilumina tu pasar
Ciegos destellos de luz pasan por tus manos
El tiempo te ha dejado huellas, escenas, seducción, y dulce mirada

Espejo de la vida, te repite aunque no lo quieras
Mundo estático, madera tibia, arte indio
Un camino sin fin me invita, pero tu flor puede ser un trampa
Existe para evitarte, si te transformas en lluvia podrás engañarlo

Tus manos toman el amor y le dan refugio
Rayos de aceros fríos quieren cuidar tu mirada pero ella llega a mi
El tiempo maduro tiene olor a marrón ocre y el pasillo de tu tiempo está solo
Bar de sillas quejosas no encuentran tibio el café de la mañana, sólo quieren verte y sentir tu aliento

Pegan las gotas sobre el vidrio y estallan en mil pedazos, corren por la ventana y caen al sediento camino
Solo vives en compañía y no está a tu lado
Bailan cerca de ti, son fantasmas de tu pasado, el disco gira en vano y su música queda en el olvido

Vuelve aquella imagen del arte indio en medio de la nada, el cemento no sirve
Sólo la armonía de las formas me dejan volar con libertad sin saber a dónde voy

(Trabajo realizado en horario de taller, cadáver exquisito con fotografías)