EL SURREALISMO
El Surrealismo es un movimiento artístico y
literario que surgió en Francia a partir de un fenómeno artístico cultural como
fue el dadaísmo, fundado en Zurich en 1916 por T. Tzara,
H. Ball y H. Arp, también tuvo como antecedente
la patafísica* de Alfred Jarry.
Su principal promotor fue el poeta André Breton, quien trató de descubrir la verdad a través del libre flujo de sus ideas y sentimientos, dejando escribir a su inconsciente (mediante un procedimiento etiquetado por la crítica como “escritura automática”) y abandonando cualquier tipo de correcciones racionales y razonamientos lógicos.
Su principal promotor fue el poeta André Breton, quien trató de descubrir la verdad a través del libre flujo de sus ideas y sentimientos, dejando escribir a su inconsciente (mediante un procedimiento etiquetado por la crítica como “escritura automática”) y abandonando cualquier tipo de correcciones racionales y razonamientos lógicos.
La literatura surrealista partió, así, de una profunda y
sistemática investigación del subconsciente. André Breton, Louis Aragon y Ph.
Soupault fueron los primeros impulsores de esta “búsqueda”, y para ello fundaron
en París la revista Littérature (1919), mientras en EE.UU manifestaban
actitudes similares Man Ray, Marcel Duchamp y Francis Picabia, y en Alemania,
Max Ernst y Hugo Ball.
A esta fase sucedió una actitud más metódica de investigación del inconsciente, emprendida por Breton, junto a Aragon, Paul Éluard, Soupault, Robert Desnos, Max Ernst, etc. La primera obra de esta tendencia, que cabe calificar de primera obra literaria surrealista, fue Los campos magnéticos (1921), escrita conjuntamente por Breton y Soupault. Tras la ruptura con Tzara, se adhirieron al movimiento Antonin Artaud, André Masson y Pierre Naville.
A esta fase sucedió una actitud más metódica de investigación del inconsciente, emprendida por Breton, junto a Aragon, Paul Éluard, Soupault, Robert Desnos, Max Ernst, etc. La primera obra de esta tendencia, que cabe calificar de primera obra literaria surrealista, fue Los campos magnéticos (1921), escrita conjuntamente por Breton y Soupault. Tras la ruptura con Tzara, se adhirieron al movimiento Antonin Artaud, André Masson y Pierre Naville.
Pero oficialmente nació en 1924 en Paris, anunciado
por la publicación del primer manifiesto surrealista de André Bretón, quien
define el nuevo movimiento como “un automatismo psíquico en su estado puro, a través del cual uno se
propone expresar, ya sea verbalmente o por escrito, o de cualquier otra forma,
el funcionamiento real del pensamiento”. En principio era un movimiento de y para
escritores, ya que los roles de quienes firmaron el manifiesto, incluyendo a su
líder André Breton, Louis Aragon, Antonin Artaud, Jacques Baron, Joe Bousquet,
Jacques André Boiffard, Jean Carrive, Rene Crevel, Robert Desnos, Paul Éluard,
y Max Ernst, tenían sus raíces predominantemente en la literatura, pero de
inmediato se vislumbraron las enormes posibilidades que tenían para otros
géneros como; la pintura y la escultura.

Sirviendo a la Revolución
Entre 1925 y 1930 aparece un nuevo
periódico titulado El Surrealismo al servicio de la Revolución en cuyo primer
número Louis Aragon, Buñuel, Dalí, Paul Éluard, Max Ernst, Yves Tanguy y
Tristan Tzara, entre otros, se declaran partidarios de Breton. Por su parte
Jean Arp y Miró, aunque no compartían la decisión política tomada por Breton,
continuaban participando con interés en las exposiciones surrealistas. Poco
después se incorporaron Magritte (1930), Masson (1931), Giacometti y Brauner en
1933 y también Matta (que conoce a Breton en 1937 por mediación de Dalí) y Lam;
el movimiento se hizo internacional apareciendo grupos surrealistas en los
Estados Unidos, Dinamarca, Londres, Checoslovaquia y Japón. Desde este momento,
se abrirá una disputa, a menudo agria, entre aquellos surrealistas que conciben
el surrealismo como un movimiento puramente artístico, rechazando la
supeditación al comunismo, y los que acompañan a Breton en su giro a la
izquierda.
En 1929 Breton publica el Segundo
Manifiesto Surrealista, en el que condena entre otros intelectuales a los
artistas Masson y Francis Picabia. En 1936 expulsa a Dalí por sus tendencias
fascistas y a Paul Éluard. En 1938 Breton firma en México junto con León
Trotski y Diego Rivera el Manifiesto por un Arte Revolucionario
Independiente.
Tras los años previos a la II Guerra Mundial, marcados por
la militancia activa de Breton, y los años de exilio neoyorquino de la mayoría
de sus miembros, durante la ocupación alemana de Francia, el movimiento siguió
manteniendo cierta cohesión y vitalidad, pero a partir de 1946, cuando Breton
regresó a París, el surrealismo era ya parte de la historia
Tipos de Surrealistas; ¿Automatistas
o Veristas?
En general la obra de los
surrealistas nace del automatismo puro, es decir, cualquier forma de expresión
en la que la mente no ejerza ningún tipo de control. Intentan plasmar por medio
de formas abstractas o figurativas simbólicas las imágenes de la realidad más
profunda del ser humano, el subconsciente y el mundo de los sueños. Para esto
utilizan recursos como: animación de lo inanimado, aislamiento de fragmentos
anatómicos, elementos incongruentes, metamorfosis, maquinas fantásticas,
relaciones entre desnudos y maquinaria, evocación del caos, representación de
autómatas, de espasmos y de perspectivas vacías. El pensamiento oculto y
prohibido será fuente de inspiración, en el erotismo descubren realidades
oníricas, y el sexo será tratado de forma impúdica.
Se interesaron además por el arte de
los pueblos primitivos, el arte de los niños y los dementes. Preferirán los
títulos largos, equívocos, misteriosos, lo que significa que importaba más el
asunto que la propia realización.
Los artistas surrealistas pueden ser libremente
definidos en uno o dos grupos. Los automatistas seguían la
interpretación jungiana de las relaciones entre la mente consciente y la mente
inconsciente. Al aplicar las técnicas de escritura automática practicada por
Breton y Éluard en una expresión propia, estos artistas se esforzaban por
permitir que las imágenes se formen libremente en el lienzo (libre intervención
de la razón). Por el contrario los surrealistas veristas o figurativos favorecían
una lectura freudiana del subconsciente, basándose en la interpretación de los
sueños. Creían que la imagen era el lenguaje del subconsciente, y estos
artistas frecuentemente creaban obras más formales basadas en sus propios
sueños y alucinaciones.
Técnicas Surrealistas
Como podemos ver el surrealismo es un
movimiento que trascendió en su época, cautivando con su forma original e
inteligente, la forma de hacer arte. Llama la atención del público de una
manera cautivadora, encerrándolo en una atmosfera teatral, que en algunos casos
refleja; misterio, ciencia, erotismo, sorpresa, entre otros sentimientos o la
mezcla de los anteriores, produciendo un deleite a la vista y a la mente.
El surrealismo tomó del dadaísmo
algunas técnicas de fotografía y cinematografía así como la fabricación de
objetos. Extendieron el principio del collage (el "objeto
encontrado") al ensamblaje de objetos incongruentes, como en los poemas
visibles de Max Ernst. Este último inventó el frottage (dibujos compuestos por
el roce de superficies rugosas contra el papel o el lienzo) y lo aplicó en
grandes obras como Historia Natural, pintada en París en 1926.
Otra de las nuevas actividades creadas
por el surrealismo fue la llamada cadáver exquisito, en la cual varios artistas
dibujaban las distintas partes de una figura o de un texto sin ver lo que el
anterior había hecho pasándose el papel doblado. Las criaturas resultantes
pudieron servir de inspiración a Miró.
Primeros Artistas Surrealistas
Los pintores se encontraron con
precedentes en los caprichos de Goya, en el Bosco y Valdés Leal, aunque los más
inmediatos deben buscarse en el movimiento Dada y en Giorgio de Chirico,
creador de la pintura metafísica. Chirico crea un mundo enigmático que es
reflejo de la desolación provocada por la guerra, que se percibe inquietante y
desolador. En Héctor y Andrómeda, introduce maniquíes, únicos seres capaces de
habitar sus plazas desiertas y calles que se sumergen en el infinito. La
pintura de Chirico es el principal antecedente del surrealismo
serie de Los Caprichos de Goya
Masson adoptó enseguida las técnicas
del automatismo, hacia 1923-1924, poco después de conocer a Breton. Hacia 1929
las abandonó para volver a un estilo cubista. Por su parte Dalí utilizaba más
la fijación de imágenes tomadas de los sueños, según Breton, «...abusando de
ellas y poniendo en peligro la credibilidad del surrealismo...»; inventó lo que
él mismo llamó método paranoico-crítico, una mezcla entre la técnica de
observación de Leonardo da Vinci por medio de la cual observando una pared se
podía ver como surgían formas y técnicas de frottage; fruto de esta técnica son
las obras en las que se ven dos imágenes en una sola configuración. Óscar
Domínguez inventó la decalcomanía (aplicar gouache negro sobre un papel el cual
se coloca encima de otra hoja sobre la que se ejerce una ligera presión, luego
se despegan antes de que se sequen). Además de las técnicas ya mencionadas de
la decalcomanía y el frottage, los surrealistas desarrollaron otros
procedimientos que incluyen igualmente el azar: el raspado, el fumage y la
distribución de arena sobre el lienzo encolado.
El Jardin de las delicias de El Bosco
Pintura de André Masson; Tower
Miró fue para Breton el más
surrealista de todos, por su automatismo psíquico puro. Su surrealismo se
desenvuelve entre las primeras obras donde explora sus sueños y fantasías
infantiles (El Campo labrado), las obras donde el automatismo es predominante
(Nacimiento del mundo) y las obras en que desarrolla su lenguaje de signos y formas
biomorfas (Personaje lanzando una piedra). Arp combina las técnicas de
automatismo y las oníricas en la misma obra desarrollando una iconografía de
formas orgánicas que se ha dado en llamar escultura biomórfica, en la que se
trata de representar lo orgánico como principio formativo de la realidad
.
Pinturas de Joan Miró
René Magritte dotó al surrealismo de
una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado
denotado a través de palabras poniendo en cuestión la relación entre un objeto
pintado y el real. Paul Delvaux carga a sus obras de un espeso erotismo basado
en su carácter de extrañamiento en los espacios de Giorgio de Chirico.
Pinturas de René Magritte
El surrealismo penetró la actividad
de muchos artistas europeos y americanos en distintas épocas. Pablo Picasso se
alió con el movimiento surrealista en 1925; Breton declaraba este acercamiento
de Picasso calificándolo de «...surrealista dentro del cubismo...». Se
consideran surrealistas las obras del período Dinard (1928-1930), en que
Picasso combina lo monstruoso y lo sublime en la composición de figuras medio
máquinas medio monstruos de aspecto gigantesco y a veces terrorífico. Esta
monumentalidad surrealista de Picasso puede ponerse en paralelo con la de Henry
Moore.
Otros movimientos pictóricos nacieron
del surrealismo, o lo prefiguran, como por ejemplo el Art brut.