R.
Barthes (1)
dice:”…convertir
en imagen el lenguaje…” y poseemos tantas figuras retóricas, sinónimos, antónimos,
parónimos, homónimos, adjetivos etc. que es casi imposible escribir un texto sin emplearlos, aunque no seamos
conscientes de su uso.
“…Texto
quiere decir Tejido, pero si hasta aquí se ha tomado este tejido como un
producto, un velo detrás del cual se encuentra más o menos oculto el sentido
(la verdad), nosotros acentuamos ahora la idea generativa de que el texto se
hace, se trabaja a través de un entrelazado perpetuo; perdido en ese tejido
–esa textura– el sujeto se deshace en él como una araña que se disuelve en las
segregaciones constructivas de su tela. Si amásemos los neologismos podríamos
definir la teoría del texto como una hifologia (hifos: es el tejido y la tela
de la araña)...” (2)
“…El
brío del texto (sin el cual en suma no hay texto) sería su voluntad de goce:
allí mismo donde excede la demanda, sobrepasa el murmullo y trata de desbordar,
de forzar la liberación de los adjetivos –que son las puertas del lenguaje por
donde lo ideológico y lo imaginario penetran en grandes oleadas.”(3)
Ferdinand
de Saussure (Ginebra, Suiza, 26 de noviembre de 1857, 22 de febrero del 1913),
fue un lingüista suizo, cuyas ideas sirvieron para el inicio y posterior
desarrollo del estudio de la lingüística moderna en el siglo XX. Se le conoce
como el padre de la lingüística del siglo XX. Sin embargo, muchos lingüistas y
filósofos consideran sus ideas fuera de tiempo.
El
lenguaje para Saussure es una institución social. Distingue entre:
a.
LENGUA:
sistema
de signos. Código que los individuos aprenden y retienen para su posterior uso
basado en la interacción y la comunicación.
b.
HABLA:
es un acto particular. Recreación individual a partir
del código o
sistema de signos común a los demás individuos.
Habla además de:
·
SINCRONÍA:
como el estudio de la Lengua en un determinado momento o período de la historia,
por ej. El estudio de la Lengua en el SXV. y
·
DIACRONÍA:
estudio
de un fenómeno social a lo largo de distintas fases históricas.- Su evolución,
por ej. Estudio de la Lengua del SXV al SXVIII.
Introduce la
palabra SIGNO LINGÜÍSTICO y dice que
dicho signo posee un significado
(concepto) y un significante (imagen
acústica).
Para él, el signo
es arbitrario porque la conexión
entre significado y significante es
convencional, socialmente construida. (4)
No
podemos dejar de mencionar a Émile Benveniste
Estudió
en la Sorbona con Antoine Meillet, antiguo discípulo de Ferdinand de Saussure,
y sus primeras obras son una continuación de las investigaciones de aquél sobre
las lenguas indoeuropeas.
Su
recepción se limitó inicialmente al ámbito académico especializado, situación
que cambió con la aparición de su obra Problemas de lingüística general, en
1966, libro seguido por un segundo volumen en 1974, que recoge artículos de
1965-1972. Dada la categoría de muchos de sus comentaristas —como Roland
Barthes que le admiraba—, se le inscribe dentro de la corriente
estructuralista, aunque su modo de abordar el lenguaje fuese muy personal.(5)
Dice E. Coseriu
Hay,
por tanto, dentro del mismo sistema lingüístico, un continuo paso de signos de
una comunidad a otra, de un estrato social a otro estrato social
de
una región a otra y de una convención a otra (es decir, de la lengua común a
los dialectos y viceversa, de un dialecto a otro, de lenguajes especiales o
técnicos a la lengua común y viceversa, del lenguaje familiar a la lengua
literaria y viceversa, del lenguaje emotivo o afectivo al lenguaje enunciativo
y viceversa, etc.), como también hay intercambio entre sistemas lingüísticos
autónomos, es decir, entre idiomas diversos. En cada caso, el signo, en la
comunidad en que empieza a emplearse y se difunde, se presenta como
“innovación” y “cambio” (6)
Barthes, Saussure, Benveniste, Coseriu y otros se
dedicaron a estudiar con ahínco a la Lingüística.
Y
nosotros tratamos de escribir lo mejor posible usando figuras literarias o retóricas que realzan un escrito. Son recursos que posee el escritor para
embellecer un texto narrativo, lírico o dramático. Ejemplos de ellas son: comparación, metáfora, personificación, hipérbole,
hipérbaton, pleonasmo,
epínome, quiasmo, lítote, enumeración, anáfora, etc. (ver para ello
www.ictisp.com/www.monografias.com/www.retoricas.com)
Al igual que ellas, los sinónimos
(palabras que significan lo mismo y se escriben distinto), antónimos (vocablos de significación
opuesta), parónimos (dos o más
palabras que tienen semejanza por su sonido, etiología o forma), homónimos (palabras de igual sonido
pero de distinto significado) y la
adjetivación precisa
conforman todos un universo que auxilian al escritor en su aventura de
escribir.
Asimismo, tratamos de no utilizar lugares
comunes cuando escribimos.
Dejamos
de pensar por usar demasiados lugares comunes”
La
palabra es la herramienta de control más eficaz, dice el escritor Marcelo Cohen
Marcelo
Cohen: "La crítica a los políticos suele hacerse con un escepticismo
mórbido
y melancólico", asegura que no hay libertad si no se consigue hablar de
otra
manera que la convencional, si no se puede lograr que la expresión supere el
orden de las convenciones.
“Usamos
demasiados lugares comunes sin darnos cuenta de que eso es renunciar a pensar.
Si decimos, por ejemplo, «no nos une el amor, sino el espanto», que es una
frase ya hecha, construida por otro, también seremos propensos a repetir de un
modo automático la frase «guerra preventiva», como si fuera algo válido y
pensado por nosotros mismos”, dice Cohen.
A
partir de la crisis de 2001 se popularizaron frases como “todos los políticos
son
corruptos”
o “que se vayan todos”. Explica Cohen: “Esto también es un lugar común y, como
tal, una mentira que nos deja insatisfechos, porque no expresamos nada con
ella. Al contrario: nos queda un resto adentro que se transforma en impotencia,
en rabia”.
(7)
Muchas
frases nos remiten a lugares comunes, por ejemplo:
Con
los militares se vivía mejor.
Somos lo que comemos
Todos somos iguales.
No somos nada.
Son todos unos corruptos.
El suicida es un cobarde.
Algo habrá hecho
Por algo será.
Algunas
expresiones son, si se quiere, hasta necesarias en un determinado texto, ya que
su contexto lo requiere.
“…los latinoamericanos
tenemos una jodida fama de charlatanes, vagabundos, buscabroncas, calentones y
fiesteros, que por algo será…”
(8)
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