
Me detuve en el tiempo y el espacio, sin pestañar, de pronto, solté lágrimas oxidadas, quejosas, que recogían mi pasar, absorbidas por algodones de pestañas llenas de humedad. Sin pausa, dejé atrás reclamos, aplausos, suaves caricias, tenue mirar Laberintos de encuentros y desencuentros, oscuros manantiales, voluptuosos cuerpos transpirados, llenos de deseo. Palabras duras, lenguas filosas atravesaron mi alma, dejándome sin respirar, hundiendo mi fuerza interior. Pedí auxilio a la madurez, sin dejar de reclamar la engañosa presencia de la verdad., no encontré respuestas, pretextos para continuar. Ahora ,detenido sobre hierros blandos, sobre vacíos tentadores, mirando que ancho es un río y que corta es la verdad, caigo en suspiros, envuelto en pétalos negros, me aproximo a la naturaleza, que no sufre sino que la dañan , como ya no me han de dañar..
9 comentarios:
es conmovedor y trágico. la última visión "qué ancho es ese río y qué coera es la realidad". juan ¡bravo!. creo que ya te repetí muchas veces lo de tu capacidad de empatía.
Gracias Daniel,me siento muy bien, recibiendo tu comentario, muy halagado, gracias nuevamente juan (tito)
Juan a, me gusta mucho el texto. ¡felicitaciones!
Gracias Ale,me alegro te haya gustado. (juan A.)
Juan muy buen texto, poco a poco te vas soltando y deleitandonos con tu sentir y tu pensar. gracias x compartir, besos
Gracias Gra.espero sigas bien y adelante un beso grande.( Juan)
me quedó resonando eso de "como ya no me han de dañar.." dice mucho el texto.
la verdad me gustó.(lucas)
¡y lo leíste muy bien en el Distrito! lo reconocí desde las primeras líneas.. y esperé por la caida final. ¡trágica dinámica poética!
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