miércoles, 4 de noviembre de 2009

LA MÁQUINA DE ENTRETENER BOLUDOS por DANIEL IFRÁN


“en el símbolo de la levedad, Italo Calvino rinde tributo a Lucrecio, quien siente la necesidad de dejar que los átomos puedan desviarse imprevisiblemente de la línea recta con el fin de garantizar la libertad tanto de la materia como de los seres humanos”
                                                                        Italo Calvino

La máquina de entretener boludos

     Fue el desayuno testigo de la repetición hasta el hartazgo de “esa” noticia, repetida por demás, seriada y machacada por todos los medios de comunicación. El speech era preciso y concreto “hoy será un gran día para la humanidad”. En sintonía con nuestra velocidad de movimientos laborales, las informaciones se acotan y tamizan cual gustoso minimalista para no distraer en demasía al público que trabaja, ya vendrá la noche para distraer al ciudadano.
     Al enfrentar las calles se probará el acto volitivo de ir a trabajar o cuanto quedare de éste. Arrojarse a la ciudad, otra vez atravesar el amazonas, bocinas golpeando la espalda, taladrando tímpanos; metralla de lejos, se pierde el agresor; hostil la esquina, hostil el semáforo, hostil el que pide monedas, hostil lo polarizado, hostil la ambulancia, todos en la mierda hasta el cuello: pacíficos farsantes. Sobre el mediodía a la espera de almorzar seguía repetitiva la noticia “hoy a la tarde se conocerán los primeros vestigios del universo”. Vociferaba el cronista del canal estatal, apenas audible en el bar por la cantidad de comensales que se juntaban delante del plasma. De regreso a casa para cenar y avanzada la noche, enciendo la tv, los comunicadores habían hecho un gran trabajo periodístico, sostener, entretener y alimentar cual monstruo al hecho o suceso durante toda la jornada, que no es poca cosa, a pesar de constantes robos, asaltos o peleas por donde se camine la ciudad.
     A la hora de mayor audiencia televisiva nocturna, el periodista presentó los hechos de público conocimiento acerca de la tan mentada máquina. El personaje se presentaba alegre y jovial, como de costumbre; tal vez, una mueca frente a las cámaras, sin temor a equivocarme deslicé la idea que todo el país lo miraba y escuchaba con presteza, nuestro periodista (digo “nuestro” por ser argentino)le pasa la posta informativa a otro extranjero para que explique la situación en el lugar de los hechos, que a su vez se conecta con un científico francés; éste, traducción mediante, explica el extraordinario experimento para esclarecer al vulgo, el hombre ciencia describe. “En un sector entre los países de Francia y Suiza hemos construido, bajo tierra, un acelerador de partículas.
Esta máquina es de forma circular y mide 28 km de longitud total aproximadamente, dentro del círculo de caños aislados del exterior bajo tierra, se aceleran partículas subatómicas por medio de enormes electroimanes hasta alcanzar velocidades próximas a la luz. Estas balas subatómicas por llamarlas de algún modo, girarán en sentido inverso unas de otras. El fin último de esta máquina es que, las minis balas al girar en distintos sentidos, colisionen; al chocar estaríamos en condiciones de comprobar qué sucede o qué sucedió después de la explosión primigenia (Big Ban). En simultáneo se tomarán todos los datos para luego analizarlos con tranquilidad por los innumerables aparatos y computadoras que posee el laboratorio. La información recolectada será de enorme importancia para la humanidad”
     Minutos después la pantalla del laboratorio subterráneo exponía números gigantes en conteo regresivo y retransmitiendo a todo el mundo. Cuando llegue al número cero se adelantaba a explicar el científico, ustedes verán en la pantalla y por supuesto en sus televisores, un diminuto destello, fenómeno indubitable del choque de partículas.
Rato después, el conteo regresivo se aproxima a su clímax, en el enorme salón bajo tierra, convertido ahora, en el centro de atención mundial.
     La tensión se respiraba, periodismo mediante, corazones de ciencia, delegados del mundo de las certezas latían a estallar; su gran día se asomaba, la luz cubriría la noche.
     Espera y silencio increíble, la secuencia por tv y altavoz, tres dos uno cero.
     En la pantalla gigante del auditorio y retransmitida a todo el planeta dos cuerpos desnudos, mujer y hombre, entre lazos por la pasión, suspendidos, ingrávidos, sobre el fondo azul por cuestiones visuales y desprovistos de todo accesorio que desvíe la atención de los televidentes. No había cama ni muebles, lo importante eran ellos revolcándose, a toda calentura. Luego la cámara se detuvo y enfocó la pelvis de la pareja. El plano corto ahora. El pene chorreante, caliente, penetró como rayo la jugosa vulva, luego los movimientos de cinturas hacia delante se fueron incrementando, los cuerpos se ondulaban. La danza amatoria terminó cuando los gemidos y gritos de la pareja fueron imperceptibles al oído.
     La sorpresa fue total. Quién supondría que semejante espectáculo de “muones” o “protones”, sería interrumpido o alterado por éstas bandas de sucios ácratas, anticiencias, más aún, presentan en las pantallas del planeta éstas pareja de inadaptados y degenerados, que lo único que logran es ruborizar y evitar los ciudadanos. Puso fin al incidente corporal un puño cerrado en la pantalla y un dedo mayor levantado.
     La congregación de investigadores, azorada…en el auditorio solo se escuchan los gritos del jefe técnico en computadoras, “Malditos hackers”. Para descomprimir la situación, el periodista francés intenta calmar al público televidente con una noticia de último momento, se especula que la maquina de Dios ha sido penetrada… termina lacónico el comunicador. Otro canal, sueño, sigue la tv prendida. Las imágenes de terror se suceden, no hay piedad para nadie, bandas de mercenarios entran a los campos de refugiados y matan a cualquiera sin miramiento, raza negra maldita, cientos de mujeres y niños huyendo, la procesión de famélicos se dirigen a ningún lugar; sobre el alambrado de un camino polvoriento los buitres esperan darse un banquete con los sobrevivientes en Ruanda.
     Otra canal. Otro periodista. Otra noticia. Sobre una improvisada canoa azotada por el viento y la lluvia, se detalla un informe lapidario sobre Haití, luego, de los desvastadotes huracanes caribeños; miles de parias sobre los pocos techos que aún quedan, sin agua, comida ni atención médica. No creo, dice el corresponsal en su crónica, que ése sea un buen lugar para vivir. El país es inviable. Me voy a dormir pensando que la máquina de Dios costó 60.000 millones de dólares.

Daniel Ifrán

3 comentarios:

Ale dijo...

Hoy la maquina de entretener buludos se llama "Futbol gratis para todos".

daniel eduardo dijo...

detestable cómo los medios desvían la atención de los verdaderos problemas. ¡¡malditos hackers!! jaja, que sabotearon la transmisión de los resultados dr la máquina. relato atrapante, por otra parte, Daniel

Norma dijo...

Me encantó desde la primera vez que lo escuché. Me sigue gustando tanto, que cada tanto lo leo... Es tan real, y está tan bien redactado. Genial!!!