Un silencio atronador
invade
esta blanquecina noche.
Una moneda de plata alumbra
mis pasos raudos y cansinos,
desgastan …
la madera, que sostiene este mundo de ladrillos.
La inquietud
quietud,
paraliza.
.
La mente inicia su carrera desbocada
llenando espacios vacios.
Víctima de sus proezas
el musculo latente…
percibe
la confrontación pasiva.
Ella se regocija de
tal hazaña.
El dolor exquisito de la victoria
se acerca a la meta distante.
Impasivo corazón,
marcha hacia el cadalso.
No es el infierno, es la vida
No es la vida, es el infierno.
Yo inerte soporto como espectadora.
Una lágrima asoma por mis mejillas,
una vez más,
la mente vitoreó su combate.
3 comentarios:
bellisima Gra..SU
ya, el primer oxímorom, te sumerge de cabeza en el texto.
gracias Susana y Daniel, besos
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