Le ofreció lo mejor que tenía, con un bello gesto en el
rostro, con la sonrisa tan grande que casi se mordía las orejas y el otro miró,
aparentando que no veía, con desconfianza, tal vez no acostumbraba recibir
regalos, tal vez la rudeza fuera su paisaje más conocido. El perro se fue,
asombrado, dudando la amabilidad del mono, tanto, le resultó demasiado.
No quiso irse como
se va el sol a otro cielo, sin posibilidad de abandonarlo por completo, como se
van las golondrinas persiguiendo a la primavera, como la bajamar que regresará
para volver a besar a su arena que tal vez sólo tiemble de frío a su regreso o
como el péndulo del reloj de la pared que le impide avanzar si se queda sólo
del lado izquierdo.
El miedo es experto en camuflajes.El mono se acurrucó y no entendió. Entonces, lloró sin pensar, no importa, dicen que no puede hacerlo, el ruido de las patas que se alejaron sin explicación le retumbó profundo, él también quiso irse para siempre, perderse en el aire en un acorde, hacerse invisible, irse para no ver ni ser visto, para cerrar los ojos y no volver a abrirlos. Irse sin maletas ni pesares, sin recuerdos ni memorias, sin laureles ni violetas.
Las patas del perro que se alejaba volvieron a retumbarle profundo, tanto, que en su aturdimiento sintió haber obrado mal, tampoco importa, también dicen que los animales no sienten.
6 comentarios:
¡muy bueno patricia! la ternura de la imagen elegida y cómo lograste transmitirla. ¡un beso!
Gracias Dani!!!!
Patri
"un pais, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales" Da Vinci
"es probable que llegue el día en que el resto de la creación animal pueda adquirir aquellos derechos que jamás se le podrían haber negado a no ser por obra de la tiranía" Jeremy Bentham
hermoso texto Patry, felicitaciones.
Gracias, Ale
Me gustó mucho Patri, me hiciste acordar de mi perrito.Abrazo...tito
excelente texto Patri como siempre!! besos
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