Orígenes
del género
El origen de la llamada literatura gauchesca,
según Borges, es muy difícil de determinar. O, por lo menos, el hecho de querer
determinar su origen implicaría proceder al infinito. Resulta de la combinación
de una manifestación popular que fue surgiendo en distintos ámbitos, y la
acción de rescate , parodia y vindicación de la misma por poetas cultos.
Resistente a ser reducida a marcos cronológicos o de lugar.
Destrucción
de preconceptos
Ciertamente lo que se llama “literatura
gauchesca” no es la literatura producida por el gaucho como tipo social.Tampoco tiene al gaucho como único y necesario protagonista.
La gauchesca como género fue escrita por poetas cultos que tuvieron contacto con el gaucho, tipo social marginado junto con el indio por el proyecto positivista de un país a la europea que encaró la organización nacional en el siglo XIX. Es de ese contacto “de ese asombro” dice Borges, que nace esa literatura. El poeta culto trata de tomar el lenguaje del gaucho, hacerlo verosímil y los gauchescos (Hidalgo, Ascasubi, Del Campo y Hernández) lo logran; siendo el punto culminante el Martín Fierro de Hernández (1872) que, según Borges, es una novela.
El
gaucho
El gaucho es un tipo social marginal porque
tiene una conciencia de independencia a la autoridad, a no insertarse en un
proyecto laboral ya que su destreza en enlazar y carnear reses vacunas, le
basta. Por eso fue siempre perseguido y desde el principio fue enrolado casi a
la fuerza en las guerras de la independencia, luego en la Guerra del Paraguay,
en la lucha contra el indio e insertado en las faenas campestres en que mejor
se desempeñaba, por terratenientes ricos y pobres.
Literatura
popularLa literatura primordial del gaucho fueron los diálogos y cielitos que se cantaban en las trincheras, en las múltiples guerras de la independencia en forma de versos cantados acompañados por la guitarra y en la payada, un contrapunto en que dos cantores entonan a modo de contienda y discurren sobre temas generales, universales, por eso, según Borges, la payada última de Martín Fierro y el Moreno es verosímil por este hecho. Es erróneo para Borges que la literatura gauchesca incurra en el color local (descripciones del paisaje de la Pampa, pelaje de los caballos, destrezas gauchescas) porque el gaucho da por sentados estos hechos.
En otro aspecto, es tal la destreza alcanzada por Bartolomé Hidalgo para encontrar el tono del gaucho desde la poesía gauchesca (como todo arte, convencional según Borges) que muchos cielitos populares se le terminaron atribuyendo.
La
excursión
Lucio V. Mansilla, autor de Una excursión a los indios ranqueles,
tiene un par de párrafos que echan mucha luz sobre el gaucho como tipo social
por un lado y la manera en que venía desarrollándose la literatura gauchesca
hasta ese entonces (las cartas que conforman la excursión fueron publicadas en
el diario La Tribuna un año antes de la primera edición del Martín Fierro de Hernández (Excursión 1871 – Martín Fierro 1872). Dice Mansilla, describiendo a un este
tipo social
Camilo
es un paisano gaucho pero no es un gaucho. Son dos tipos diferentes. Paisano
gaucho es el que tiene hogar, paradero fijo, hábitos de trabajo, respeto por la
autoridad, de cuyo lado estará siempre aún contra su sentir. El gaucho neto es
el criollo errante que hoy está aquí, mañana allá, jugador, pendenciero enemigo
de toda disciplina; que huye del servicio cuando le toca, que se refugia entre
los indios si da una puñalada o gana la montonera si esta asoma.
Hernández
y Mansilla
En la historia que cuenta el gaucho Martín
Fierro (personaje altamente verosímil pero personaje literario al fin) este
narra las dos condiciones sociales
Yo
he conocido esta tierra / en que el paisano vivía / y su ranchito tenía / y sus
hijos y mujer / era una delicia el ver / cómo pasaba sus días
Y después
Tuve
en mi pago en un tiempo / hijos, hacienda y mujer / pero empecé a padecer / me
echaron a la frontera / y ¿qué iba hallar al volver? / tan sólo hallé la
tapera.
Martín Fierro es reclutado como soldado para
defender la frontera con el indio, la miseria en el frente lo obliga a
desertar, se refugia entre los indios y después vuelve tratando de reinsertarse
Otro párrafo significativo de la Excursión en
éste
El
aire libre, el ejercicio varonil del caballo, los campos abiertos como el mar,
las montañas empinadas hasta las nubes, la lucha, el combate diario, la
ignorancia, la pobreza, la privación de la dulce libertad, el respeto por la
fuerza; la aspiración inconsciente de una suerte mejor – la contemplación del
panorama físico y social de esta patria, produce un tipo generoso que nuestros
políticos han perseguido y estigmatizado, que nuestros bardos no han tenido el
valor de cantar, sino para hacer su caricatura.
Es como si este párrafo profetizara el quiebre
entre lo que significó la poesía gauchesca hasta entonces y el advenimiento del
poema El gaucho Martín Fierro de José
Hernández.
José Hérnandez, autor del Martin Fierro
El
Fausto criollo - pantallazo
Además de aludir seguramente al “Fausto” de
Estanislao del Campo en que dos paisanos discurren sobre la asistencia de uno
de ellos a la representación del
“Fausto” obra de Goethe convertida en pieza teatral por Gounod. Las impresiones
que relata el paisano que asistió a la representación de una obra tan europea y
el perfecto traslado del lenguaje teatral al lenguaje gauchesco, con sus
graciosos énfasis y equívocos, son una prueba más de que el lenguaje gauchesco
como arte convencional ha alcanzado una verosimilitud autosuficiente y que
hasta el pelo del caballo, en el que llega uno de los gauchos al diálogo
en
un overo rosado
tan denostado desde el punto de vista de la
verosimilitud referencial a la realidad por Lugones y Rafael Hernández (hermano
del autor del Martín Fierro) carece de importancia frente a la belleza del
verso
en
un overo rosado
como destaca Borges.
El mismo José Hernández reprueba al poema de
Estanislao del Campo
Martín
Fierro no va a la ciudad a referir lo que ha visto y admirado en un 25 de mayo o en otra función
semejante… si no que cuenta sus trabajos, sus desgracias, los azares de su vida
de gaucho…Estanislao del Campo, autor de Fausto
Borges
retoma el género
Aparentemente el Moreno es derrotado en la
payada y en un momento revela su identidad como la del hermano del que Fierro mató
luego de provocar en la Ida, después de convertirse en un gaucho matrero,
desertar del servicio en la frontera y ser tenido por un gaucho vago.
Luego de la payada es evidente que se van a
trenzar en un duelo a cuchillo pero los parroquianos intervienen y lo evitan.
Además Fierro tiene la alegría en esa pulpería donde transcurre la payada de
reencontrarse con sus hijos.En el cuento El fin de Borges, Fierro retorna unos días después a la pulpería para definir el duelo. El Moreno lo está esperando y alude a su derrota en el contrapunto cantado.
Fierro le dice;
En
el otro no te fue tan mal, lo que pasa es que andabas ganoso de llegar al
segundo (se refiere a los duelos sucesivos en guitarra y
luego a cuchillo).
El Moreno le pregunta sobre sus hijos y así
transcurre el diálogo
-(…) Los encontré ese día y no quise mostrarme como un
hombre que anda a las puñaladas ( dice Fierro) (…) Les di buenos consejos, que
nunca están de más y no cuestan nada (…) Les dije, entre otras cosas que el
hombre no debe derramar la sangre del hombre.
-Hizo bien ( dice el Moreno) Así no se parecerán a
nosotros.
-Por lo menos a mí (dice Fierro) (…) Mi destino ha querido que yo
matara y ahora, otra vez, me pone el cuchillo en la mano.
Se trenzan a cuchillo, el Moreno mata a Fierro
y asume su destino
Finalmente, el Moreno
Limpió
el facón ensangrentado en el pasto y volvió a las casa con lentitud, sin mirar
hacia atrás. Cumplida su tarea de justiciero ahora era nadie. Mejor dicho, era
el otro. No tenía destino sobre la tierra y había matado a un hombre.
Consejos
Basar el valor del Martín Fierro en los
consejos implica por lo menos verse sujeto a contradicción . Fierro hizo en su vida todo lo
que les aconseja no hacer. Matar a otro hombre, injuriar estando borracho, etc.
Lugones los tilda de “esas lástimas”. Por eso es paradigmática la significación
que le da Borges a esos consejos, dentro del argumento del Martín Fierro, un
gaucho con un destino desgraciado y que es perseguido por la justicia.
Así
no se parecerán a nosotros.
Y luego dice Fierro:
Mi
destino ha querido que yo matara y ahora me pone, otra vez, el cuchillo en la
mano.
Luego de matar a Fierro, el Moreno
(…)Es el otro. No tenía destino sobre la tierra y había matado a
un hombre.
En Historia
de Rosendo Juárez, Borges se permite reformular el argumento de Hombre de la esquina rosada, le
cambia el status a los valores de un gaucho neto – la pendencia, la infatuación
del coraje – en su devenir hasta transformarse en un paisano gaucho – el
trabajo, el transformarse en un hombre de provecho.
Esta vez, el testimonio lo da el mismo Rosendo
Juárez que, de gaucho pendenciero, mata a un hombre; para escaparle a la
justicia, se hace el protegido de un político local y se transforma en matón de
comité.
Eso le da un status de hombre guapo hasta la
noche de Hombre de la esquina rosada.
Pero esa noche rehúsa el duelo y eso, para el gauchaje lo transforma en un
“cobarde”.
Abandona el barrio y se pasa a la República
Oriental donde se transforma en carrero. De matón de comité deviene en hombre
de provecho.
El Corralero, que es el que desafía a pelear a
Rosendo Juárez, es muerto después por otro gaucho no en un duelo leal como se
consigna en HDLER sino a traición. Rosendo Juárez no es un cobarde sino un
hombre que evoluciona y cambia de condición. Como lo consigna hacia el final de
HDRJ.
Para
zafarme de esa vida, me corrí a la República Oriental. Desde mi vuelta, me he
afincado aquí. San Telmo ha sido siempre un barrio de orden.
Borges
“prefigura” a uno de los personajes del Martín Fierro
Uno de los propósitos más atractivos de la
“gauchesca” en prosa de Borges es imaginar la vida de uno de sus personajes
antes de que haga su aparición en el libro Martín
Fierro, Cruz, (en “Biografía de
Tadeo Isidoro Cruz”) el sargento de la
partida que va a cautivar a Fierro, desertor y fugitivo pero que, de pronto, al
igual que Fierro, desierta de la partida y se pone a pelear a la par de Fierro
y contra ella. Eso define su destino. Cruz entiende que
es
el otro y “que las jinetas y el uniforme ya le estorbaban. Comprendió su íntimo
destino de lobo y no de perro gregario. Comprendió que el otro era él (…) Cruz
arrojó por tierra el quepís, gritó que no iba a consentir el delito de que se
matara así a un valiente y se puso a pelear contra los soldados, junto al
desertor Martín Fierro.
Es significativa en este sentido – el de
imaginar el devenir de Cruz hasta llegar al Martín
Fierro, el encabezar el cuento con esta cita de Yeats
Estoy
buscando el rostro que hube de tener, antes de que el mundo fuera creado.
Cruz, resulta hijo de uno de los montoneros
que es ultimado 40 años antes en el mismo paraje en que él se encuentra con
Fierro.
Refiriéndose al encuentro entre los dos,
Borges dice
La
aventura consta en un libro insigne, cuya materia puede ser todo para todos (recordemos la vindicación que hace Borges del Martín Fierro, como novela dadas las peripecias universales que sufre
el héroe).
Más adelante, Borges, con trazos simples
define a Cruz como el gaucho neto, condición que lo emparenta con Martín Fierro
(…)
el influjo de la llanura sobre su formación, pero gauchos idénticos a él
nacieron y murieron en las selváticas riberas del río Paraná y en las cuchillas
orientales. Vivió, eso sí, en un mundo de barbarie monótona. Cuando en 1874
murió de una viruela negra (estando en los toldos junto a
Fierro) no había
visto jamás una montaña, ni un pico de gas, ni un molino, tampoco una ciudad.
Cruz, a semejanza de Fierro, ha matado a un
hombre; más adelante – a semejanza de
Fierro, que después deserta – es reclutado a la fuerza en el ejército y forma
parte de la partida que va a capturar a Fierro, de la que finalmente Cruz
deserta, poniéndose a pelear contra ella junto con Fierro.
El poema de Hernández define la súbita
complicidad con el héroe del poema, la deserción de Cruz y su destino de gaucho
neto en estas simples líneas
Tal
vez en el corazón / lo tocó un santo bendito / a un gaucho, que pegó el grito /
y dijo: “Cruz no consiente / que se cometa el delito / de matar ansí un
valiente”.
Y
ahí nomás se me aparió / dentrándolé a la partida / yo les hice una embestida /
pues entre dos era robo; / y el Cruz era como lobo / pa defendrer la guarida.
Cuentos
recomendados de Borges
Hombre de la esquina rosada (Historia universal
de la infamia)
Historia de Rosendo Juárez (El informe de
Brodie)
El fin (Ficciones)
Biografia de Tadeo Isidoro Cruz (El aleph)
Terminología
Ciertamente, no hay una fórmula para hablar en
estilo gauchesco. El recuento de los términos españoles arcaicos y de los
vocablos de origen portugués que hay en el Martín
Fierro, sólo dan una pobre idea.
Para tomar ese lenguaje por el pulso y seguir
enriqueciéndolo , hay que haber tenido el contacto directo que tuvieron
nuestros poetas gauchescos con el gauchaje, como, por ejplo. José Hernández que pasó su infancia oyendo los dichos de las
gestas heroicas del peonaje en las distintas guerras civiles.
En la actualidad sólo nos queda leer
profusamente a los gauchescos, como único testimonio de ese lenguaje campero.
Como, una vez convertido en arte y remedado, el lenguaje gauchesco empieza a
ser convencional, estamos sujetos a las modificaciones, ampliaciones y énfasis que
les pueden haber imprimido nuestros poetas.
La
ironía y el absurdo en el género
Esta puede devenir de la infatuación de lo
gauchesco y un énfasis en el lenguaje, una vez dominado, que lo lleve a los
límites y haga sonar sus goznes.
Ya hemos visto que, en el Fausto criollo se
parodió una puesta escénica de Gounod del Fausto de Goethe desde la
interpretación que se hacía de esta obra desde lo gauchesco.
Pero dentro del género mismo alguien lo ha
hecho con singular maestría.
El autor uruguayo Wimpi (Arthur García Núñez)
hace una reivindicación de la mentira (no como engaño sino como divertimento,
como infinita potencia creadora del sucedido gaucho.
Los engaños – a veces surgidos de una mera
tergiversación del lenguaje gauchesco manejado con destreza y libertad – tornan
las situaciones infinitas e inacabables.
Lobisones
Perro
que risultó un compromiso, mire, jue el que le regaló a Filemón Curbelo el
viejo Bisildo Pallares, “Pelota” que le decían porque había vivido a los saltos
y nunca se machucó.
Filemón
Curbelo tenía 7 hijos varones, y el menor, Higinio, era lobizón.
Llegaba
la medianoche del viernes y él ya tocaba para la costa del alambrado, donde lo
esperaban los amigos, Pichinango, Cocuyo, Carumbé , Golondrina y la Perlita.
Un
día, llega el viejo Bisildo Pallares a la casa de Filemón, a llevarle un
perrito de regalo. Ya tenía nombre y todo: Cachinquengue.
Pero…
era el séptimo hijo de la perra de Bisildo y, por consiguiente, lobizón.
Los
viernes a la medianoche se volvía persona.
Bisildo,
sin embargo, no le informó de esta particularidad del Cachinquengue a Curbelo.
Y
fue pasando el tiempo.
Una
noche – un viernes – va Higinio Curbelo al casamiento de Domitila Maidana, que
la llamaban” La Bombilla” porque andaba de boca en boca. y llevó al
Cachiquengue con él.
Los
dos de fiesta, se les pasó la hora.
Al
dar las doce, Higinio, que ya estaba bastante
pintón, se emperra de repente. El Cachiquengue, que Higinio lo llevaba
de la cadena, se hace persona.
Pero,
como no había pensado en traerse ropa, persona en cuero nomás.
Y el
otro, perro con Chiripá y poncho pampa. Y mamao. Los dos en medio del baile.
Higinio,
emperrado y de poncho llevando al Cachiquengue hecho persona y como Dios lo
trajo al mundo.
Que
a Domitila, la novia, le tuvo que tapar la cara Herminio.
-¡Sáquenlé
el chiripá al perro y pónganseló a él! – gritaba Herminio.
Y
los otros, en vez de hacerle caso, déle festejar.
Wimpi
Anexo
Cometería una gran injusticia si no nombrara a un autor rosarino que, retomando la gauchesca en tono paródico, hiciera una crónica desopilante de todas las guerras de la Independencia y más precisamente, la Guerra del Paraguay, Roberto Fontanarrosa.
Textos como La Carga de Membrillares, Coronel Hilarión Martínez de Moya, General Robustiano del Castillo, un soldado de la democracia, etc. toman prestado el marco de un pretendido rigor histórico, para usarlo como disparador de una farsa que no conoce límites “y si los conoce, no los saluda” diría Fontanarrosa.
Su obra más conocida la historieta Inodoro Pereyra, el renegau, es el arquetipo de la exaltación del tono gauchesco – como ha llegado hasta nuestros días con todos los subrayados y énfasis con los que lo enriqueció el transcurso del tiempo – hasta llevarlo al límite de la parodia.
Daniel E. Greco y Alejandra Ríos
2 comentarios:
CHICOS FUE MARAVILLOSA LA CLASE, LA DISFUTE MUCHO Y CREO Q EL RESTO TB, MUY BUENA LA INFORMACION QUE BUSCARON SOBRE EL TEMA, BESOS!!
¡BESOS! ¡MUCHAS GRACIAS, GRACIELA!
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