Cielo y tierra,
abismos inalcanzables.
Se funden
en silencios cómplices
La ciudad
respira en la quietud de la noche.
Absorbe el cansancio,
de los pasos ausentes.
Ángel de la noche
sucumbe ante palabras desesperadas,
implorando su presencia.
Observa… actúa.
El sosiego lo invade todo
1 comentario:
¡gracias por compartirlo, graciela!
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