martes, 9 de junio de 2009

Artículo trasnochado, escrito sin ningún rigor científico, sin criterio y sin vergüenza- de DANIEL E. GRECO

(fragmentos del “Selecciones” del River Deepest)

Fétidos olores
A Hugo Seletti

Con mi esposa, viajamos apresuradamente a Singapur con nuestras vestimentas que nos señalaban inconfundiblemente como turistas. Yo, con un ridículo sombrero de explorador de corcho, mi mujer, con una colorida capelina tejida de hilos de nylon.
Nos dirigimos a la orilla de un maloliente río y vimos a una pareja autóctona de edad indefinida, entre 25 y 74 años, pescando con red unos indeterminables especimenes. Antes de lanzar la red, vimos que la rociaban con un frasco aerosol que, con cada emisión, impregnaba el cálido aire matinal de un olor “flechero y azufrado a orine gatuno” mezclado con aguas servidas. Al inquirirle a la mujer por el producto, primero me miró sin comprender y después, entornando aún más de ser posible sus ya rasgados ojos, exclamó lacónica, imcomprensiblemnte:
- ¡Extlacto de ballena del olto!

Zamba de “ooptitejuoo”

Volviomos al hotel y, pretextando unos desarreglos estomacales, mi esposa se encerró bajo siete llaves en la habitación para no volver a emerger hasta la hora del crepúsculo. Yo me repatingué en un cómodo sillón del “lobby” del hotel a ojear unos ejemplares de “magazines” en varios idiomas desparramados sobre una mesita ratona, mientras me iba adormeciendo. Leí apresuradamente, a quemarropa, a bocajarro, un nombre en el título de uno de ellos. Me estaba quedando dormido. Pensé: “Es ella. ¡Claro! Por eso le imprimió a sus apariciones en algunas redes sociales de internet un paréntesis. Se está dedicando al folcklore. Luego leí mejor: “Melania Pérez”. Comencé a roncar.

Reciclaje desde la edad de piedra

Casi me despertó unas reyerta entre una señora y el conserje sobre una abultada boleta de gastos de hotel subrayada con un exorbitante ítem de “servicio a la habitación”. Con los ojos casi inintecionalmente abiertos fijé la vista sobre la ilustración de un artículo que mostraba unos leños (logs) rodando hacia un incierto derrotero y pensé, ya en la duermevela, “¡por fín un artículo de divulgación científica que explique el inusual principio de aceleración del Troncomóvil! Pero no; era un artículo sobre la fabricación del papel. Permanecí así dormido, con la revista puesta de sombrero, roncando con la boca abierta y una mano apoyada en la entrepierna hasta que se dignó despertarme un mozo del hotel, “cetrino, flexible y jacarandoso” para sugerirme que hiciera bajar a mi esposa para compartir la merienda.

4 comentarios:

menta producciones dijo...

Excelente amigo sin palabras toda la artillería en este texto a brazos intersticiales

daniel eduardo dijo...

¡eh, qué exagerados !¡gracias! estaba parodiando el estilo de la "selecciones" del "reader digest", esa revistita que encontraba por doquier en la antesala de los consultorios.

Anónimo dijo...

Si el insomnio provoca que parodies en esa forma, bienvenida tu producción trasnochada.
Espero seguir leyéndote
Wendy

Graciela Zecca (TORMENT@) dijo...

Como te dije en Facebook cuando lo lei, que me morí de la risa leyendolo, nuevamente te digo que sigas desvelandote para seguir leyendo este tipo de locuras!
besos